PUNTOS DE INTERES DE HORCHE

12, 13 y 14 abril 2024 - Horche (Guadalajara)

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Ultimo Mohicano
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#1 PUNTOS DE INTERES DE HORCHE

Mensaje por Ultimo Mohicano » 25 Dic 2023 16:11

HORCHE
Horche es un municipio y localidad española de la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. El término municipal, ubicado en la comarca de La Alcarria

Geografía
Horche pertenece a la comarca de La Alcarria. El pueblo se encuentra a 12 km de la capital provincial, Guadalajara. Por su término municipal pasa la carretera nacional N-320, entre los pK 256 y 265, así como las carreteras locales que conectan con Lupiana y Yebes. El pueblo se eleva a 895 m sobre el nivel del mar. Ocupa un páramo alcarreño junto al valle del río Ungría, afluente del río Tajuña. Se pueden contemplar grandes vistas hacia el este de la población. El punto más elevado del término municipal se sitúa en La Charola, a 940 m de altitud. La Sierra de Horche asciende hasta los 934 m de altura. Y se desciende hasta los 700 m a orillas del valle del Ungría. Limita con los municipios de Guadalajara, Lupiana, Romanones, Yebes y Armuña de Tajuña. Su clima puede considerarse de tipo mediterráneo continental, según la clasificación de Koppen, caracterizado por los de inviernos secos y fríos y veranos cálidos y secos.

Etimología
El topónimo de Horche puede provenir del diminutivo latino Hortum, que significa "huertecillo".​ Otra teoría relaciona Horche con el latín ulice, que significa "brezo", derivando a ulch y orch en un claro influjo mozárabe. Otra teoría sostiene el origen vasco del nombre (hortxe significa "ahí mismo" en euskera actual, aunque según el cronista oficial de la provincia, significaría "la casa de arriba"), al igual que ocurre con otros pueblos de la zona como Chiloeches, Escariche o Aranzueque.

Opina Talamanco, basándose en el Bachiller Miguel Pérez, que este nombre es fruto de la repoblación de los vizcaínos, así vendría del vasco como 'ahí arriba, ahí, en esta parte, o lugar fingiendo como una competencia o variedad', pues al parecer un vizcaíno dijo: «Horche, o ahí arriba». Tal vez Talamanco se apoye en la forma vasca ORTSE, que para Azkúe es 'ahí mismo'. Ortiz y Rubio dicen que Horche procede del vasco ORETXTEA, pero no dan significado a esta forma, que se puede interpretar como 'junto a la casa' o 'la casa de al lado'. Aunque Nieto relaciona Horche con el latín ULICE 'brezo', la derivación hacia *URCH, *URCH, *OLCH u *ORCH se produce por el influjo mozárabe-árabe de la zona, pensamos que dada su ubicación en las proximidades de un valle fértil, se puede relacionar con 'huerto', como propone Menéndez Pidal, además apunta Madoz que sus manantiales riegan algunas hortalizas.

Patrimonio artístico y arquitectura
Iglesia parroquial de la Asunción
Su monumento más importante es la iglesia de Asunción de Santa María, se comenzó a construir en 1510 con una sola nave y se inició su ampliación en 1563 hasta las tres naves actuales, y se finalizó hacia 1622-1627. De estilo renacentista y barroco. El 1 de abril de 1847, a las 21,30 horas se derrumbó su torre, por lo que se construyó la actual, por canteros gallegos, finalizándose en la década siguiente. Los actuales soportales son del siglo XX. En ella destaca su techumbre de madera en estilo neomudéjar, sobre el altar. Asimismo tiene una capilla anexa del siglo xviii. Durante la Guerra Civil la iglesia parroquial fue saqueada y convertida en cuartel. El retablo de altar mayor, instalado en 1535, fue destruido salvo el remate superior y hoy está colocado en el altar de la Dolorosa. Se destruyeron decenas de imágenes de los siglos XVI, XVII y XVIII, salvándose únicamente ocho de ellas que se pudieron trasladar a la Diputación de Guadalajara. También fue destruida la pila de bautismo, originaria de 1560, así como todos los libros parroquiales, que incluían nacimientos, bodas y fallecimientos desde inicios del siglo XVI al XVIII. Durante unas obras a finales de los ochenta se descubrieron tras una pared una veintena de cuadros que pudieron escapar a la destrucción.
A poniente, ya mediodía, luce un gran atrio porticado con columnas de piedra rematadas con bellos capiteles, traídos del cercano monasterio jerónimo de San Bartolomé de Lupiana.


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Plaza Mayor
Es de las más tradicionales de la Alcarria, de típica construcción castellana con dos laterales soportalados sobre columnas de piedra. Sobre uno de ellos se erige el edificio del Ayuntamiento.
La plaza es el espacio público más concurrido de la localidad, y junto con sus calles aledañas forma su principal núcleo comercial.
En la parte central de la plaza se ubica la fuente con pilón, cuyo diseño ha sido modificado varias veces, siendo el actual una copia del original, realizada por un artista local.

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Ayuntamiento
El actual edificio presenta doble arquería arquitrabada y torre coronada por un reloj.
En 1552 el ayuntamiento estaba situado en la calle que sube a la plaza y allí se restauró para albergar el archivo donde guardar los papeles pertenecientes al Concejo. También contaba con cárcel, denominándose cárcel vieja, porque el ayuntamiento se trasladó desde allí a su actual ubicación en el centro de la plaza hacia el año 1600. En 1602 se mandó preparar en la Sala Capitular el Archivo de la Villa.
El ayuntamiento se remodeló en la planta superior y cubierta, en la década de los ochenta, para adaptarlo a los actuales servicios municipales, entre ellos el Archivo Municipal de Horche. Hacia el año 2019, se remodelan los espacios interiores, para albergar en planta baja los servicios a los ciudadanos, y con ello, mejorar la accesibilidad a personas de movilidad reducida.

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Convento de San Francisco
Convento de los padres franciscanos observantes de San Juan de la Penitencia, también aparece en documentación del siglo XVII como convento de San Juan Bautista. El Convento de San Francisco de Horche según se consignó en escritura de 3 de octubre de 1602 fue creado por Jerónimo de la Rúa, que había sido catedrático en Teología en la Universidad de Toledo y que pasó a ser párroco de la villa. Acordó con el ayuntamiento pedir las debidas licencias para hacer la fundación, sin costa ninguna por parte del consistorio, pues la hacía por entero el Dr. De la Rúa. La población del convento no se hizo hasta 1605 en que fueron los frailes. Inicialmente, de la Rúa corrió con todos los gastos de la construcción, aunque en adelante los frailes recibieron socorros cuantiosos, no sólo de los vecinos, sino también del concejo. El convento estaba situado en la parte de Horche, junto al lavadero y los huertos de la Almuñuela. De acuerdo con la tradición, pudo haber estado comunicado con la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción a través de un túnel subterráneo. Además, en 1614 el concejo cedió varios bienes al convento para sostener su renta. La iglesia empezó a construirse en 1623 y fue inaugurada el 4 de febrero de 1655. Durante la Guerra de Sucesión (1701-1714), las tropas británicas tomaron la villa y el convento tuvo que refugiar a la población femenina. El convento también fue saqueado por las tropas francesas en 1813, durante la Guerra de la Independencia. Fue abandonado definitivamente en 1835, cuando el gobierno decretó la supresión de todos los conventos y monasterios españoles. Fue desamortizado pasando a manos privadas, que aunque no lo han rehabilitado, mantiene la estructura original.

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Ermita de la Virgen de la Soledad
Horche cuenta con cuatro ermitas en su núcleo urbano. La más importante desde el punto de vista artístico y religioso es la de la Soledad. Fue consagrada el 18 de julio de 1565, aunque su construcción tuvo lugar poco antes, está dedicada a la patrona del pueblo, la Virgen de la Soledad.

En un principio estuvo dedicada a la Virgen del Rosario, y es casi seguro que a instancias de algún fraile dominico se iniciaron los trámites de su erección y desde un principio tuvo allí su asiento la Cofradía de la referida Virgen del Rosario. El acto de la inauguración fue solemne y multitudinario según el padre mercedario Juan de Talamanco en su «Historia de Horche». El acto consistió en la presencia del obispo de Neocesárea, fray Pedro de Jaque, fraile dominico, quien dijo la Misa y pronunció la homilía, ante la presencia de las dos cruces parroquiales, y otras cinco más, una en cada esquina de la ermita, y otra en su centro. Dentro de cada cruz, dice el cronista que había tres velas ardiendo. A todo esto, echaba incienso con fruición el vecino de Horche Bernardino de Reyna, y se entretenía en regar con agua bendita el espacio arquitectónico Francisco de Santos. Además acompañaron los clérigos Fernán Pérez y el bachiller Calvo, junto al prioste de la Hermandad, Atanasio Pareja.

Años después, en 1589, los cofrades del Rosario construyeron un altar propio en la iglesia parroquial, y trasladaron al templo mayor de la Villa la sede de su cofradía. Fue entonces cuando la ermita se rebautizo y tomó el nombre de Nuestra Señora de la Soledad, quedando a su cuidado la Hermandad o Cofradía de la Santa Vera Cruz. Quedando en su altar mayor, «la prodigiosa Imagen de Maria Santísima en el doloroso paso de sola, y con su Santísimo Hijo muerto en sus brazos».

La ermita es hoy un singular monumento de sencillez y buen gusto. En su aspecto actual nos aparece como obra típica de finales del siglo xvi. Tiene un atrio porticado con cuatro columnas y sobre el muro mismo una espadaña con un hueco de campana. La puerta de acceso es típicamente castellana, de madera con mirilla. El interior presenta una nave única dividida en dos tramos, con adosadas pilastras de tipo toscano, y la cubierta en forma de bóveda de medio cañón con lunetos. El crucero se cubre con una cúpula de media naranja sobre pechinas, y en los brazos del mismo, y en el altar mayor, aparece cubierta similar a la nave. A los pies del templo aparece un coro alto. El edificio todo es de piedra de sillarejo. Se distribuyen por su interior los diversos pasos de Semana Santa, y presidiendo el altar mayor vemos la venerada imagen de Nuestra Señora de la Soledad, que es imagen moderna, de vestir, realizada en este mismo siglo.

En su interior las imágenes que contiene, que procesionan en Semana Santa, entre ellas la imagen de la Virgen de la Soledad; que fue enviada a Guadalajara para salvarla de su destrucción durante la guerra civil española. La imagen de la Virgen se traslada a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, donde regresa cada año en las celebraciones de la Semana Santa, la celebración del Voto Villa cada tercer domingo de mayo y las fiestas de Nuestra señora de la Soledad el 8 de septiembre, fecha de la Fiesta Grande; regresa a su ermita cada 12 se septiembre.

En sus inmediaciones se ubican un calvario y el cementerio municipal. Como desde finales del siglo xvi, la edificación quedó al cuidado de la cofradía de la Vera‑Cruz, se pensó en realizar un Vía Crucis con Calvario, que finalmente quedó concluida en 1624. En las cruces, como basamentas, se pusieron las cilíndricas piedras que sobraron de cuando una ventolera tiro la picota de la Plaza Mayor. Y el Calvario se hizo frente a la ermita de la Soledad, amontonando buena cantidad de tierra, haciendo con ella un montículo, sembrándolo de olivos, y poniendo en lo alto tres cruces de piedra, con lo cual se remedaba de una forma gráfica y muy poco usual el Monte Calvario de Jerusalén. El padre Talamanco, al continuar con la descripción de ermita y el calvario dice que «A Maria Santísima en su Imagen de la Soledad se dirigen los buenos deseos de todos mis paisanos, a ella con razón consagran sus votos, a ella recurren en todos sus peligros»

En la basa de la cruz de piedra situada en la entrada de la ermita se ubica uno de los veintitantos clavos de nivelación del Instituto Geográfico Nacional. Destaca el suelo empedrado con canto rodado del acceso a la ermita, considerado uno de los pocos vestigios que quedan de este tipo de suelos en el pueblo.


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Ermita de San Sebastián
Está situada en la parte alta de la localidad, cerca del emplazamiento del antiguo Castillo de Mayrena. Se trata del edificio más antiguo de Horche, del siglo xii, y en ella destaca su espadaña.

En los orígenes del pueblo la llegada de Alvar Fáñez de Minaya y su hueste de valientes caballeros como puntal primero de su reconquista a los moros y creadores del primer núcleo de convivencia. Las leyendas han continuado luego adornando el hecho y la secuencia primera de los anos. Y así nos dicen que, por el problema de los múltiples asaltos que a la zona daban los árabes desde el próximo valle del río Tajuña, los pobladores de Horche, la Magdalena y Valverde decidieron unirse para construir un castillo donde poder refugiarse en caso de ataque por parte de la morisma.

Se decidió construir el castillo en lo más alto de la cuesta, y por hacerse en terrenos que pertenecían a dama principal llamada popularmente María Reina, de este modo se nombró desde el primer momento, allá por el siglo xii, al castillo de Horche, «el castillo de María Reina», que luego fue abreviado con el apelativo de Mairena con el que todavía hoy los viejos del lugar le recuerdan. Dice la leyenda también que esta benefactora mujer costeo de modo muy principal la construcción del castillo.

El caso es que en lo alto del pueblo, allí donde hoy queda la ermita de San Sebastián, y restos mínimos de fortaleza, por el barrio que también llaman de Trascastillo, se puso un enorme edificio todo el construido con piedra arenisca y caliza, propia de la comarca, en forma de receptáculo cuadrado con torres en sus cuatro ángulos, y una barbacana o pequeña muralla baja en su derredor, que serviría de primera defensa del edificio. En cualquier caso, y a pesar de las pasajeras descripciones que nos han llegado, procedentes de escritores y cronistas antiguos, el castillo de Horche debió ser un pequeño edificio con estructura similar al de Torija, pero a una escala mucho más reducida, más doméstica.


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Ermita de San Isidro
Se trata de una sencilla construcción ubicada a las afueras del pueblo, en el camino de Aranzueque. Esta pequeña capilla o ermita fue construida en 1581 y dedicada, sucesivamente, a la Virgen de las Nieves, Santa Ana y San Isidro.

Frente a la ermita se levanta una cruz de piedra, que se erigió en recuerdo del antiguo vía crucis que había en el Calvario de la misma época de construcción.

Normalmente, todas las vísperas de 15 de mayo, día de San Isidro, se baja al Santo en procesión hasta la iglesia del pueblo, donde se oficia una misa y se regresa de nuevo en procesión a la ermita.

Existe un relato popular, que ha sido transmitido por generaciones en el que una pareja de enamorados, no asistieron a las fiestas populares y se encontraban apoyados en la cruz frente a la ermita. Un toro escapado de las fiestas llegó hasta allí envistiendo a la joven a pesar de los intentos de su novio por apartarlo.

La chica falleció en el acto por herida de asta; desde ese mismo día se puede apreciar una cruz en el suelo hecha con piedras para conmemorar el acontecimiento.


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Ermita de San Roque
Se ubica en el interior de la localidad justo antes de la bajada de la calle que recibe el mismo nombre y desemboca en la plaza Mayor. Antiguamente se encontraba en las afueras del pueblo, pero hoy ha quedado incluida dentro del casco urbano. No se sabe la fecha de su construcción, sí se sabe que fue en épocas de peste, posiblemente entre el siglo xvi-xvii, como agradecimiento por el cese de la enfermedad. Construida en piedra labrada con una pequeña espadaña para una campana. La entrada de la ermita se encontraba antiguamente flanqueada por dos grandes losas de piedra horizontales situadas a una altura aproximada del suelo de 130 centímetros, donde las familias o madres solteras que no podían mantener a sus hijos o hijas, los dejaban allí abandonados. La altura de las losas era para evitar a perros callejeros o alimañas. A estos bebés se les llamaba “hijos de la piedra”. Cuando eran descubiertos se llevaban al orfanato de Guadalajara o Madrid, donde se daban en adopción. La ermita alberga en su interior la imagen de san Roque con el perro.


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Ermita de la Virgen Dulce
Construida en 1982, se ubica en El Picuzo, un monte de la localidad. El paraje del mismo nombre se sitúa en lo alto de la zona de la Sierra, desde donde se avista toda la Vega.


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Lavadero
Es una de las construcciones más populares de la localidad. Construido en el año 1578 junto a la “fuente vieja” (la más antigua de Horche, que data de 1553) con piedra sillería, dando una forma circular al conjunto.

En el centro del lavadero se levanta una piña con cuatro caños que vierten continuamente agua al pilón, cuya capacidad era de aproximadamente cien lavanderas. Ese mismo año se construyó la fuente de “los chorrillos” con cinco caños, adosada al lavadero donde se lavaba la ropa a los enfermos del hospital que estaba justo enfrente y más tarde los menudos de las matanzas. En 1612 se colocaron las pilas para clarear la ropa junto a esta fuente. Antiguamente las mujeres podían utilizar el lavadero todos los días, menos los sábados que era utilizado por lavadores de lana.

En un principio el lavadero no tenía techo. En 1902 se realizó una primera restauración de las instalaciones y en 1925 fue definitivamente techado con una armadura de hierro y teja.

En 2022, el ayuntamiento acomete trabajos de conservación en el lavadero con la impermeabilización bajo teja, la instalación de limahoyas de chapa galvanizada y el posterior montaje de teja árabe.


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Fuente Nueva
Esta fuente se construyó en 1570 con el fin de abastecer a un pueblo creciente, ya que la Fuente Vieja, no cubría las necesidades de suministro de agua. Se invirtieron 118 reales y 4 ducados por los derechos del agua.

El agua procede de un manantial ubicado a varios kilómetros del casco urbano y llega a sus cuatro caños mediante una galería subterránea. El conjunto está compuesto de la fuente y el pilón o abrevadero de animales situado a su lado, construido en el mismo año, el destino final del agua es el regadío.


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Picota o rollo
En 1537 el emperador Carlos le concedió a Horche el privilegio de obtener el título de Villa por sí y administrar la justicia entre sus ciudadanos sin tener que recurrir a instancias superiores, eximida de la jurisdicción de Guadalajara proclamándose “Señora de sí misma”.

Se decidió levantarla la picota en 1538, se alzó con toda pompa y solemnidad un monumental rollo de piedra caliza tallada. Construida por Miguel de la Hoz, vecino de la Villa, se plantó sobre cuatro gradas angulares, en medio de la plaza, toda ella hecha de yeso y piedra suelta. Fue ajustada poco después, en 1548, por el maestro de cantería Pedro Medina, constructor de iglesias, puentes y monumentos por la Alcarria. Cobró por ello 50.750 maravedís, y estaba toda «labrada de piedra paxarilla» como dicen las viejas crónicas. También se puso en el centro de la Plaza mayor o Plaza nueva, junto al inmenso olmo, árbol que en 1551 destruyó un viento huracanado.

En aquel lugar se juntaban los diversos símbolos de un pueblo: el espacio abierto de la Plaza Mayor; el edificio comunal del Ayuntamiento o Concejo; el gran árbol matriz, el copudo olmo; y la enhiesta piedra símbolo de la independencia villariega, la picota.

Duro poco, sin embargo. Un desgraciado accidente hizo que la picota de Horche pasara al recuerdo en el mismo siglo en que se construyó. Dice el padre Juan Talamanco, antiguo historiador del pueblo, que en el año 1590 ocurrió el grave percance que hizo desaparecer la picota de la plaza. Justamente el día del Corpus, en el que existía la costumbre de celebrar en la plaza mayor unas representaciones teatrales de Autos sacramentales y piezas populares, se ataron unas cuerdas a la picota para sostener un gran toldo que cubriera la escena. Se levantó a última hora una violenta ventolera, de tal modo que el toldo hizo de vela, y la maroma de arrastre: la picota, con sus talladas y hermosas piedras, cayó al suelo.

Después se usaron sus piezas cilíndricas como «peanas de las cruces de la Vía Sacra». Un vía crucis que el pueblo tenía construido en dirección a la ermita de la Soledad, fue el destinatario último de las fragmentarias piedras de la picota. Y con los siglos, hasta esos restos desaparecieron.

Más de cuatrocientos años, tras una profunda investigación del miembro de la Real Academia de la Historia, Juan Luis Francos, se recreó la picota antigua en 2017, en manos del artista escultor local Juan Francisco Ruiz, quien también realizó la nueva fuente que preside la Plaza Mayor.



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Bodegas
Las bodegas forman parte del Patrimonio Histórico-Cultural de Horche y de la cultura alcarreña. Su pasado vitivinícola queda reflejado en la profusión de ellas, tanto por la cantidad como por la variedad de forma y construcciones. Es extraño que una vivienda del casco antiguo no tenga su bodega. Documentaciones antiguas atestiguan la dedicación de grandes extensiones al cultivo de la vid. Fue en el siglo XVI, al disminuir el comercio de la lana, cuando en Horche se puso en marcha otro tipo de economía, más basada en la agricultura. Es posible que la excavación de bodegas debió empezar poco antes de 1538, cuando se hizo villa, y se redujo ostensiblemente el pastoreo. Como consecuencia, en la misma medida se expansionó la agricultura. Gran parte de la producción de vino que se hacía se vendía a Madrid, hasta la llegada de la filoxera a comienzos del siglo XX. Se calcula que debió de haber en Horche más de 500 bodegas, de estas en aproximadamente unas 70 se sigue elaborando vino.

Algunas de ellas son como pequeñas catedrales. Las más conocidas y con mayor fama son las que se encuentran en el Barrio de las Flores. Actualmente, los bodegueros siguen haciendo vino pero para consumo propio, además muchas de ellas sirven como lugar de reunión de sus habitantes, que forman peñas. Algunas de ellas son visitables en la Ruta de las bodegas que organiza el Ayuntamiento de Horche.

Desde 1979, Horche celebra el último domingo de abril el Concurso del Vino.

Ruinas del poblado "La Malena"
Anterior a la presencia árabe se constata en diversas fuentes escritas la existencia de dos antiguos poblados, San Pedro de Valverde y Santa María Magdalena –La Malena–. Este último queda aún restos. Se sitúan en la Vega de Horche, cerca del río Ungría. Un despoblado con antiguos muros que forman parte de la historia de Horche.

Museo Etnográfico de Horche
El Museo Etnográfico de la villa de Horche es un museo público, promovido por la asociación cultural Juan Talamanco, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento, gracias a la adecuación y cesión del uso del edificio municipal, una antigua vivienda popular situada en el casco histórico, esquina a dos calles, con bodega excavada.

El museo abrió sus puertas el 1 de septiembre de 2011 con el objetivo fundamental de conservar, exponer y transmitir a las generaciones futuras la identidad cultural e histórica de Horche. Nace por iniciativa de un socio de la asociación, Miguel Salazar, quien durante años había recopilado piezas de carácter etnográfico. A partir de entonces las donaciones y cesiones de objetos y enseres de numerosos vecinos se han ido sucediendo año tras año, aumentando la colección, su valor y la necesidad de disponer de un espacio adaptado a la misma para su exposición pública de un modo visual, didáctico y ameno.

De este modo, los diferentes espacios del museo permiten al visitante conocer la actividad agrícola y ganadera de nuestros antepasados, los diferentes oficios de antaño y la artesanía popular con los enseres y herramientas utilizados. También se exponen muestras de los lugares habitados con utensilios de uso doméstico, hábitos de vida, tradiciones, costumbres y religiosidad popular. Sin olvidar una muestra de piezas arqueológicas de los primeros pobladores de Horche.

El 22 de julio de 2023 reabre sus puertas tras un proceso de rehabilitación de salas y espacios.
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