OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

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#1 OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 19 Jun 2008 16:47

Y cómo no, proviniente de nuestro amigo Sulaco...
Entiendo que poca gente habrá metido sus narices en el blog de Sulaco y por ende esta novela les seducirá :wink:


La frontera.


Llegué al paso fronterizo un plomizo día de mediados de marzo, el cielo estaba tan gris como mi espíritu, y amenazaba con llover en cualquier momento.
Cansado de recorrer durante horas estrechas y pésimas carreteras, fue todo un alivio bajarme de la Moto y estirar un poco las piernas, mientras esperaba que alguien dentro de la pequeña caseta de guardia tuviera a bien salir y atenderme.

Me quité el casco y los guantes y me puse a hacer unos estiramientos, estaba molido, al menos ya estaba a punto de concluir mi periplo, pensar que esta noche dormiría a pierna suelta en un buen hotel de la capital hizo que se me pintase una media sonrisa en el rostro.

Menos mal que encontré gente amable durante el trayecto, hacia dos días que la pantalla del BMW navigator estaba en blanco, llegar a Ruritania había sido toda una odisea y de no ser por las indicaciones que me dieron, no lo hubiera encontrado jamás.

Por fin aparecieron un par de tipos vestidos de militar, caminaban despacio hacia mí, extrañados de la presencia de un extranjero en la frontera de su país.
Levante la mano a modo de saludo y sonreí.

Al acercarse hasta mí, pude observar divertido como cuchicheaban entre ellos y se daba pequeños codazos el uno al otro sin dejar de mirarme como las vacas al tren.

Les saludé en ingles.

Uno de ellos empezó a hacerme una reverencia, pero su compañero le dio un fuerte toñejon que resonó en el aire y le impidió acabar el gesto.

El agresor, sin dejar de mirarme fijamente se dirigió a mí en un tosco ingles con fuerte acento, con mal gesto me preguntó que hacia yo allí y me ordenó volver por donde había venido.

Sin dejar intimidarme por aquel funcionario de palo, no era el primero con el que me las había tenido que ver durante este largo viaje, rebusqué dentro de mi cazadora de cordura hasta que encontré mi documentación, y el visado de entrada que tanto me costó conseguir y por el que tuve que desplazarme hasta Madrid para recogerlo.

Los cogió de mi mano de mala gana y tras mirarlos un buen rato, no le quedaron más co*ones que poner mejor cara y pedirme que lo acompañase hasta la caseta para formalizar los documentos de entrada.

Tras media hora de interrogatorio y papeleo, al fin estamparon el sello de entrada en mi pasaporte y me franquearon la entrada a Ruritania.
Les di las gracias con la mejor de mis sonrisas y salí a por la moto.
La GS 1200 se había comportado como una campeona durante los más de diez mil kilómetros por Europa que llevábamos recorridos, y al ser una maxi trail, me permitió hacer sin mayor apuro, los peores tramos del viaje, solo tenia elogios para mi compañera de aventuras, una vez más, arrancó a la primera y entré a golpe de bóxer en Ruritania, próximo destino, la capital, Strelsau.
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#2 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 19 Jun 2008 16:49

“¿Qué co*ones pinta un Español en Ruritania? “



Antes de seguir contando la mayor aventura de mi vida, creo que es conveniente poner a los futuros lectores en antecedentes, ya que estoy seguro de que como yo, Seguro que no conocen ni siquiera la existencia de ese pequeño y extraordinario país.


Todo empezó el día de mi vigésimo sexto cumpleaños, un día como otro cualquiera en mi cómoda y aburrida existencia.
La noche anterior lo celebré por todo lo alto con una fiesta en uno de los chalets propiedad de mi familia, éramos pocos ,pero no falto de nada, ni comida, ni bebida ,ni las mejores chicas de compañía de la ciudad ni por supuesto todo un amplio repertorio de drogas de moda.
Así que es de suponer que el día de mi cumpleaños me levante muy tarde, con la boca como el estropajo y con una resaca de co*ones.
Ni tan siquiera tenia idea de cómo había vuelto a casa de mis padres, seguramente, Honorio, el chofer de mi padre tuvo que hacer horas extras anoche.
Tras estar casi media hora bajo los chorros de la ducha de hidromasaje, me vi lo suficientemente espabilado como para lograr afeitarme sin seccionarme la yugular.

Cuando bajé inmaculadamente vestido y desprendiendo un agradable aroma a perfume de moda, ya estaban empezando a preparar la gran mesa del salón para celebrar la comida familiar de celebración de mi onomástica.
Me escabullí hasta la cocina, antes de entrar ya podía respirar el agradable aroma del fuerte café portugués que mi queridísima tata, Manuela, me tenia a punto.

Entre de puntillas y traté de sorprenderla con un pellizco en el trasero, pero justo antes de que mis dedos tocasen las generosas carnes de sus posaderas ella se giró de repente y me sacudió un balletazo en la cabeza.

-a mi me la vas a dar a estas alturas…-dijo orgullosa.
Me senté en la mesa de la cocina y ojeé el periódico del día, más de lo mismo, ni una buena noticia.
Manuela llevó a la mesa una bandeja con un completo desayuno capaz de revitalizar a un muerto y comencé a devorarlo con avidez mientras pasaba sin prestar atención las páginas del periódico.

Casi se me atraganta el bollo de chocolate cuando vi mi foto sonriente en los ecos de sociedad.

Al empezar a leer el artículo me tranquilice al ver que no era de mí realmente de quien hablaban. La foto correspondía al príncipe Edgar de Ruritania, que próximamente seria coronado nuevo Rey del país tras la abdicación de su padre, el actual regente, por motivos de salud y edad.

Seguí leyendo, al parecer, nadie hubiera prestado atención a aquel pequeño país de no ser por que el príncipe Edgar era el actual novio y prometido de famosa cantante y actriz americana Alice Warning, la reina absoluta de la prensa rosa e icono mundial de todo adolescente palillero que se preciase.

Pensé que no me importaría cambiarme por aquel tipo que realmente era clavadito a mí un par de noches para hacerle un destrozo a ese pedazo bombón de novia que tenia.

Sonreí con ganas al pensarlo y le mostré la foto del periódico a Manuela.
Quedó helada al ver mi foto, luego se llevó las manos a la cabeza lamentándose por el disgusto que se iba a llevar mi padre al ver la foto de su hijo en la prensa nacional.

Tras sacarla de su error, se sentó a mi lado y volvimos a leer juntos el artículo.
-ya podías ser un príncipe en vez del gandul que estas hecho-me reprobó.
-pero si ya lo soy…-bromeé poniendo gesto de aristocracia.
-termina de desayunar y ve a ver a tu madre al jardín, lleva rato preguntando por ti.

Así lo hice, mi madre tomaba el sol junto a la piscina mientras devoraba con pasión otra novela romántica de Daniel steel… ¡que fijación!
Puse cara de niño bueno y me senté en la tumbona de al lado, le
Di los buenos días y un beso de buen hijo, me la gané al instante, así que no fue muy dura su reprimenda.
Charlamos un rato mientras me fumaba un pitillo, me puso la cabeza loca para que me comportara como el adulto que era durante la comida de hoy, no solo celebrábamos mi cumpleaños, mi padre, demostrando una vez más su instinto asesino para los negocios, había invitado a comer con nosotros a la familia de uno de sus mayores competidores, que pu*a casualidad tenia una hija soltera casi de mi edad y que si no andaba con pies de plomo seguro que me la quería enjaretar para fusionar los imperios tal y como hizo con el memo de mi hermano mayor, el cual se tuvo que casar con la hija de uno de nuestros mayores clientes asegurándose de paso mi señor padre el negocio de por vida.
No quise contrariar a mi madre, pero lo tenía jod*d* el viejo si quería volver a hacer la jugada conmigo.
Pensando como el cabronazo que soy, mi hermano no podía quejarse, con lo pan sin sal que era, se había llevado a toda una señora hembra, con un cuerpo divino y viciosa que no veas, hasta le cambió la cara cuando regresaron de la luna de miel…pobre Fidel…mucho toro para un novillero, estuve a punto de cometer una estupidez y convertirme en amante de su mujer, pero en el ultimo momento me entró el juicio y me eché atrás, ya tenia bastantes problemas en casa como para cagarla a lo grande, no quería arriesgar mi cómoda existencia por un buen polvo, no merecía la pena, aunque reconozco que a veces cuando me lo estoy haciendo con una tía, al cerrar los ojos me imagino que me lo estoy haciendo con mi cuñada... ¡que retorcido soy!


En cuanto pude, me largué de allí, no me apetecía nada seguir haciendo el papel de buen hijo. Me escabullí por la piscina y acabé sentado en un banco del jardín inmerso en mis pensamientos.
Por mucho que quisiera, no se me iba la idea de la foto del periódico, era exactamente igual que yo, como dos gotas de agua, se dice que todos tenemos un gemelo en el mundo, pero hasta que no lo había visto con mis propios ojos no le había dado la menor importancia.
Poco a poco se fue formando en mi cabeza una idea descabellada, ¿Por qué no iba a visitar el país? Tenia todo el tiempo del mundo, además me intrigaba el descubrir en un mismo día un país del que nunca había oído hablar y a mi doble, que encima era el príncipe heredero del mismo.
Excitado por la idea de hallar por fin algo que me intrigase, me puse en pie y me fui a buen paso hasta mi cuarto a ver que encontraba en la red sobre Ruritania.


Se notaba que mi fuerte no era la cultura general, en google encontré multitud de referencias al país, muchas de las cuales además de sorprendentes, reafirmaron mi decisión de viajar hasta allí.
Ruritania estaba situada en la Europa central, era tan pequeño que no salía en la mayoría de los mapas, y al no pertenecer a ningún organismo internacional había pasado para la humanidad prácticamente desapercibida,
El pequeño estado era prácticamente una larga sucesión de grandes montañas y valles, tan radical era su holografía que no disponían ni siquiera de aeropuerto, la familia real, en sus escasos desplazamientos al extranjero, disponía de solo un par de helicópteros con los que se desplazaban hasta Viena, la capital austriaca, donde si tenían en propiedad un Airbus 340, con el que ya podían recorrer el mundo a su antojo.
La única forma de llegar al país era por tren desde la frontera Austriaca, o por carretera.
El mayor secreto y tesoro nacional se escondía en las entrañas de sus montañas, de donde se extraía el Wolframio, más conocido popularmente como Tungsteno, uno de los metales más escasos en la corteza terrestre, un material muy denso y duro que tiene el mayor punto de fusión de todos los elementos.

Este mineral tan escaso, es considerado como material estratégico por las grandes naciones, las cuales incluso poseen reservas del mismo en caso de necesidad, ya que gran parte del uso que se da a este mineral es la fabricación de herramientas, con las cuales se hace posible fabricas las maquinas que todos tenemos y necesitamos.
En plena segunda guerra mundial, la conquista de este pequeño reino, Ruritania es una monarquía absolutista, fue objetivo primordial para el ejército alemán, pero gracias a la escabrosa holografía, la determinación de sus habitantes y el gran apoyo del ejército estadounidense, principal comprador del tungsteno ruritano, nunca fue tomado por las hordas hitlerianas.

Sin embargo, desde el año 2002, El férreo dominio del tungsteno por parte de este pequeño país, había ido perdiendo fuerza, ya que china era ahora el mayor proveedor mundial de dicho mineral y Ruritania ya no era quien fijaba el precio del tungsteno, ante la falta de otros recursos, la economía se había resentido tanto que en estos momentos muchos de sus pobladores rozaban la indigencia y ya se levantaban voces para derrocar a la monarquía.

El monarca, anclado en el pasado, no había seguido el ritmo de modernización del resto del continente y ahora pagaban sus habitantes las consecuencias.
Era esa una de las principales razones por las que había decidido abdicar, no por ser viejo o estar enfermo como se decía en la prensa, sino por que se veía incapaz de llevar a su reino al siglo veintiuno y ahora dejaba tal responsabilidad al príncipe Edgar, su hijo menor.

Esta decisión era otro motivo de escándalo, ya que todo el mundo había dado por hecho que su sucesor natural iba a ser su primogénito, el príncipe Rupert.
Según fuentes fidedignas, la decisión del monarca fue larga y dura, pero si de verdad quería que su país se pusiese al corriente de los tiempos, no podía tomar otra decisión.

Todo el mundo sabía que Rupert era un calco perfecto de su padre, con todos sus defectos y virtudes, acostumbrado más a las grandes cacerías de ciervos que a las reuniones de negocios, con más afición a los grandes fastos y celebraciones que a prestar atención a las necesidades de sus súbditos.

Sin embargo, el hijo pequeño, había preferido salir joven del país y se había formado en las mejores universidades alemanas, licenciado con honores en ingeniería, no se conformo con eso y a continuación la emprendió con económicas, preparándose así quizás para el futuro que ahora le aguardaba.
A parte de contar con la simpatía de los habitantes del país, no había dudado nunca en expresar en voz alta la necesidad de un gran cambio de rumbo a Ruritania, y sus ideas atrevidas le habían llegado a enfrentarse incluso con su padre,el rey y con su hermano.

Una de sus proposiciones más polémicas, fue la de convertir Ruritania en paraíso fiscal, a cambio de un pequeño porcentaje que se distribuirá entre la población, grandes fortunas de dudosa procedencia reposarían tranquilas en las arcas del país.
Otra que tampoco despertó grandes simpatías fue la de potenciar el turismo, siendo un paraíso natural, el país tenia inmensas posibilidades de atraer el turismo de lujo, nieve, bosques vírgenes, la espectacular arquitectura medieval…podía ser un filón, el problema era que los Ruritanos,eran muy celosos de su intimidad y aún no estaban deseosos de abrirse al mundo.
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#3 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 19 Jun 2008 16:49

La polémica generada por la decisión del monarca había llegado a tal extremo,que furioso, el príncipe Ruperto cortó toda relación con su padre y hermano y se exilio voluntariamente a su castillo en Zenda, la parte más agreste del país, y juró que no se movería de allí ni para la coronación de su hermano ni para los funerales de su padre cuando falleciese, y emprendió una feroz campaña, apoyado desde la sombra por algunas de las familias más rancias y poderosas de Ruritania, para impedir que su hermano tomara las riendas.


Tras aquel atracón de información, creo que nunca en mi vida había leído tanto de una sentada, sentí hambre, y tras consultar el reloj, bajé al comedor, en diez minutos empezaríamos a comer.




Tal y como me esperaba, me habían preparado una encerrona, durante la comida, me sentaron frente a la hija de nuestro ilustre invitado y me la ofrecieron hasta con patatas, como si aquella joven, la verdad bastante atractiva, fuese solo moneda de cambio.
Gracias a dios, ella tampoco estaba en absoluto de acuerdo con las intenciones de su progenitor, y las cuatro palabras que intercale con ella, solo por pura cortesía, me fueron devueltas con agrias respuestas.
Al final de la comida se podía respirar el mal rollo por todo el salón, y la verdad es que yo tuve que contener mi cara de satisfacción al ver que todo salía como quería.

Tras el café, los dos hombres de negocios fueron al despacho de mi padre, mi madre, la mujer del pez gordo y mi ya ex-“futura pareja” salieron a pasear por el jardín, mi hermano y su mujer se fueron a su casa y yo me escabullí hasta el garaje, pille mi 911 y desaparecí del mapa y no regresé hasta bien entrada la noche.

Mi padre y mi madre me estaban esperando con gesto serio cuando llegué,
Tras intercambiar un frió saludo, mi padre me ordenó acompañarlo a su despacho, me sentí como cuando siendo crío hacia una trastada y mi padre me hacia entrar en su oscuro y feo reino para echarme la bronca y ponerme un duro castigo, por desgracia, no iba muy desencaminado en mis suposiciones.

Me senté en un horrible sofá de cuero, frente a la mesa de mi padre, en el que me hundí hasta quedar casi atrapado entre sus pliegues y con gesto atento esperé a ver la que me iba a caer encima.

Mi padre se tomó su tiempo, como me jodia que actuase así, haciéndose esperar, teniendo a todos pendientes de sus movimientos, como si fuese un dios…
Se preparó un gran vaso hasta la mitad de su whisky escocés favorito, sin hielo, por supuesto, del que por supuesto no fue capaz de ofrecerme a mí ni una sola gota, y comenzó a caminar por la habitación dando grandes suspiros y aclarándose de vez en cuando la garganta, mal, pintaba muy mal, me encogí en el sofá.

Por fin, como si le hubiese llegado una inspiración divina, se fue para su gran sillón y se dejó caer en el mirándome como si en ese mismo instante me estuviese perdonando la vida.
Sentado tras su mesa, con su gran porte, sus canas engominadas hasta el extremo y su traje caro, la verdad es que imponía, tuve que echar mano de toda mi sangre fría para permanecer sentado y mantener un semblante tranquilo.

Se le veía de lejos que lo tenía todo bien estudiado para acojonarme, su fría mirada, sus calculados gestos…hasta tuvo la sangre fría de encenderse un gran habano y darle tres profundas caladas sin dejar de mirarme pero sin abrir la boca.

Estaba a punto de soltarle a ver que co*ones quería de mí cuando empezó a hablar con su tono grave y seco.

-ya es hora de que tomes responsabilidades…tú buena vida se ha acabado.

Como decían unos cómicos, ahora vas…y lo cascas…

- mañana mismo empezaras a trabajar…ya es hora que te hagas un hombre de provecho como tu hermano.

En estos casos, sabia por experiencia que era mejor seguir con la boca cerrada, pero dentro de mí, el calorcillo de la mala ostia empezaba a subir de mis tripas.

- vas a empezar desde abajo, barriendo si hace falta…ya es hora que sepas lo que cuesta ganar el dinero que tan alegremente te has fundido estos años.

No se por que me daba, que los planes de fusión se le habían ido a tomar por c*lo y que iba a ser yo, inocente de mí, quien iba a pagar los platos rotos.

-¿no tienes nada que decir…?-me interrogó fríamente.

Tras meditar largo rato mi respuesta, y ante la que se iba a montar en cuanto abriese la boca, me levanté del sofá y me dirigí tranquilamente al mueble bar,
Cogí un vaso y me serví una generosa ración del whisky del viejo, con el vaso en la mano, viendo como su rostro se iba enrojeciendo de ira, regresé a mi asiento, di un sorbo y paladeé aquel exquisito licor.

-tiene razón padre…-comencé tranquilo- su rostro se desencajo, no se esperaba esa reacción de mí.
Esperé unos segundos a que se relajase antes de atacar.
-…pero lo cierto es que me va ser imposible empezar mañana, tengo otros planes…

Mi padre se echo hacia delante en su sillón y se apoyó con furia sobre la mesa.

-¿me estas diciendo que no vas a acatar mis ordenes…?
-si, padre- siempre lo trataba de usted, desde niño.
-¿sabes que una sola palabra mía y se te cierra el grifo…?-me amenazó.
-por supuesto, ya le he dicho que tiene razón y que ya es hora que empiece a hacer algo en la vida, lo único que trato de explicarle es que no va a ser mañana, necesito algo de tiempo, tengo un viaje pendiente, en cuanto regrese, empezaré a trabajar y le juro que no tendrá ni una sola queja de mí, me mande donde me mande…
-tienes los huevos cuadrados…-se desesperó.
No respondí.
-Esta bien…-dijo irónico- tú harás ese viaje tan importante que dices que tienes que hacer, pero cuando vuelvas… ¿sabes donde te voy a poner a trabajar…?
No quise ni pensar el horrible destino que me aguardaba a mi regreso, pero fue peor de lo que esperaba.
- ¡a la conservera…!-dijo sádicamente.
-¡serás…ca…!-cerré la boca a tiempo.
El muy hijo de perra sabia que lo único que no soportaba en esta vida era el olor a pescado… y me había jod*d* pero bien.
-¿Cómo dices…?-espetó ante mi desliz.
-nada…-dije resignado-me parece bien.

En esto que entró mi madre, caminando elegantemente y casi de puntillas casi como una aparición, me miró seria al pasar a mi lado y se colocó tras mi padre apoyando sus delgadas manos en los hombros de mi padre.
-¿Qué tal ha ido…?-dijo con voz suave.
-estupendamente…-se jactó mi padre- tú hijo pronto empezara a trabajar en la conservera, donde yo empecé, seguirá los pasos de su padre.
Mi madre asintió un poco extrañada, conocía perfectamente mi aversión al pescado, pero la muy cuca no dijo nada.
- pero antes me iré de viaje…-aclare yo.
-sí… le voy a permitir un ultimo capricho…- se regodeo el viejo en su sillón.
-¿adonde piensas ir, hijo?-se interesó mi madre.
-me vais a perdonar…pero creo que eso no es asunto vuestro…-dije con una gran sonrisa.
Por supuesto que no les gustó mi respuesta, mi madre estuvo a punto de reprocharme la contestación, pero mi padre, agarrandola una mano se lo impidió, se le notaba en la cara que ya estaba gozando solo de pensar lo putas que las iba a pasar entre tripas de pescado… lastima que yo no tuviera la menor intención de cumplir sus deseos, tengo muchos defectos, pero la estupidez no es uno de ellos.
-¿si no tenéis más que añadir…?-dije mientras me ponía en pie.
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#4 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 19 Jun 2008 16:50

Suficiente para abrir boca, ¿verdad? :grin:
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#5 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por nikko » 19 Jun 2008 17:05

Verdad. Estaré pendiente del hilo, no me la quiero perder.
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Nada hay bajo el sol que no tenga solución, nunca una noche venció a un amanecer.

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#6 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por Cheri » 19 Jun 2008 17:10

Ummm, interesante! otra vez enganchada :mrgreen:
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La vida te enseña quién sí, quién no y quién nunca.

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#7 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 22 Jun 2008 12:14

-tienes un mes…-graznó mi padre a pleno pulmón.
-claro…claro…-le respondí mientras caminaba con una media sonrisa en la cara.


Planes de viaje y otras estrategias.



En cuanto llegué a mi habitación, lo primero que hice antes de quitarme la ropa y enfundarme en un suave pijama de seda de Jesús Del pozo fue conectar mi portátil, tenía mucho trabajo que hacer antes de dormir.

Como ya dije antes no soy un imbéc*l, y tampoco hacia falta ser un lumbreras para saber que mi chollo de vida, antes o después se iba a terminar, así que hacia tiempo que llevaba tomando medidas para cuando llegase este momento.

Tengo que reconocer que la inteligencia para los negocios la tenia grabada a fuego de los genes que me traspasó mi padre, por eso, nunca tuve dificultad ni miedo alguno de jugar en bolsa, al principio, en el colegio ingles donde estudie, fue un trabajo de clase con dinero ficticio, en el cual destaqué, luego empecé con migajas de mi generosa asignación, y poco a poco la bola se había ido haciendo mayor, teniendo en la actualidad casi un millón de euros controlados a base de clic de ratón.

No hace falta decir que mi viejo de esto ni zorra idea… ventajas de la era informática, así que las tres horas siguientes me las pasé dando ordenes de venta de la mayor parte de mis acciones, y redirigiendo el capital que obtuviera a mi cuenta privada en Andorra.

Mañana a las ocho y pico de la mañana seria un tipo con la vida resuelta, sin lujos pero sin preocupaciones, el plan de emergencia se había ejecutado a la perfección, cuando volviese de mi viaje, tendría otra conversación con mi padre, y esta vez no me pensaba tragar ni una sola de las palabras que tenía ganas de decirle.

Como no tenía sueño, decidí empezar a organizar mi viaje, la coronación era el próximo mes según la prensa, tenia que darme prisa.

Tras dejarme los ojos en la pantalla, averigüe que Ruritania no tenía embajada en España, pero que disponía de un pequeño consulado, agregado a la embajada Austríaca, en Madrid, mañana viajaría sin falta a solicitar un visado de entrada.

Rendido, apagué el portátil y me arrastré hasta la cama, donde me quedé frito en segundos.



Manuela no se podía creer que yo apareciese a desayunar antes de las ocho de la mañana, hasta me tocó la frente para ver si tenia fiebre.
Mi padre ya se había ido a trabajar, como siempre, se levantaba a las seis en punto como un reloj, así que compartí el desayuno con mi madre.
Trato en vano mientras comimos de sacarme información, y agobiado por su interrogatorio, me tomé el café a toda prisa y me largué, diciendo que no me esperasen a comer.


Uno de los mayores placeres que un ser humano puede disfrutar en esta vida es estar sentado a los mandos de un Porsche 911 turbo, por una buena carretera, con el pie a fondo y deleitándose los oídos con el CD “Hysteria” de los Leppard, vuelta y vuelta, a todo volumen por los exquisitos altavoces BOSE del coche, casi una experiencia mística, mucho mejor que el sexo, un indescriptible placer que solo se puede ver interrumpido por las luces azules de una patrulla de la guardia civil, tras pasar por un radar a más de doscientos cincuenta por hora, ni siquiera la abultada multa ni las amenazas de los agentes de llevarme preso pudieron cambiar mi buen humor, si me hubiesen pillado un mes después, cuando la nueva ley de trafico entrara en vigor no me hubiese librado ni el tato de ser detenido.

Con el pie derecho bastante menos alegre, entré en Madrid antes del mediodía, y dejé que el GPS me guiara hasta mi destino.

Tras identificarme y firmar en la puerta, entre en la embajada austríaca, y gracias a que dominaba el ingles a la perfección, se lo debo a ocho años de disciplina inglesa, enseguida encontré la pequeña oficina donde estaba el consulado Ruritano.

Una secretaria regordeta sonriente estuvo a punto de caerse de la silla cuando me planté ante su mesa, luego se levantó como un rayo y empezó a hacerme reverencias y a hablarme en alemán.

Me costó largo rato hacerla entender que no era el príncipe Edgar, y aún así, creo que no se quedó muy convencida del todo de que no lo fuera.

Tras explicarla mis intenciones de visitar el país con motivo de la coronación del verdadero príncipe, torció el gesto y me explicó que los requisitos para entrar al país eran muy severos y que en cualquier caso, llevarían demasiado tiempo si me concedían un visado turístico como para poder llegar a tiempo a la coronación.

No dejé que me afectara aquel repentino revés a mis planes y con la más dulce de mis sonrisas le rogué que hiciese lo posible para agilizar los tramites, le dije lo importante que era para mí conocer su bonito reino y demás zalamerías y creo que logré conmoverla, ya que me rogó que esperase en una salita de espera y se perdió en otro despacho, no sin antes prometerme que haría cuanto estuviese en su mano para complacerme, antes de irse sin querer volvió a hacerme una reverencia involuntaria y al ver mi sonrisa se marchó sonrojada.

Tras veinte minutos de espera que pasé echando una ojeada a la edición internacional del National Geographic, mi querida anfitriona me guiño un ojo con media sonrisa picara y me pidió que la acompañase al despacho del cónsul.

El cónsul me esperaba en medio del despacho, era un hombre alto y por su porte y ademanes, hubiese jurado que era militar, pero solo eran suposiciones mías.
Cuando llegué frente a él, se quedó mirándome de arriba abajo un buen rato, cuando pareció quedar satisfecho, lanzó una exclamación.
-¡realmente el parecido es endiabladamente sorprendente…!
-gracias…-dije estúpidamente.
Tras el cónsul había un gran cuadro de la familia real, y aunque se notaba que no era demasiado actual, me pude reconocer a la perfección en él, a la izquierda del monarca.
La secretaria se retiró y nos quedamos solos.
El cónsul, que al andar cojeaba un poco de la pierna derecha, me indicó amablemente que tomase asiento frente a su mesa y así lo hice.

Tras intercambiar los protocolarios saludos y ofrecerme una taza de café que rechacé amablemente, entramos en materia.
-así que desea conocer nuestro pequeño país…-dejó caer.
-así es señor -respondí conciso.
-¿y a que se debe tan repentino interés…? -me interrogó descaradamente.
Le conté como había descubierto por casualidad la foto del príncipe heredero en el periódico y como me sentí intrigado por nuestro increíble parecido, que luego me había informado en Internet sobre Ruritania y que por eso tenía tantas ganas de ir allí.
Fue totalmente sincero, pero por las diversas expresiones de la cara del cónsul, no tenia nada claro de que me estuviese creyendo.
Reflexionó un buen rato antes de responderme.
-realmente no es el mejor momento para visitar nuestro pequeño reino, las cosas andan un poco revueltas, me temo que no va a ser posible concederle el visado hasta que se coroné al nuevo rey y las cosas se estabilicen, luego será un placer para mí invitarle personalmente a conocernos.


No había llegado tan lejos para recibir ahora un no por respuesta, así que insistí. Le explique que esta seria mi única oportunidad en mucho tiempo de poder viajar ya que me debía incorporar al grupo empresarial de la familia, me tiré un buen pegote, le dije quien era mi señor padre y sus cejas se levantaron involuntariamente al reconocer su nombre, y poco a poco vi que no todo estaba perdido.

Tras casi una hora conversando con el cónsul, al final solo pude sacarle su promesa de hacer todo lo posible por mi causa, y tras decirle como ponerse en contacto conmigo, nos despedimos, su apretón de manos fue seco, duro y corto, cada vez estaba más convencido que aquel tipo era o había sido militar.

Dejé la embajada poco convencido sobre mis posibilidades y emprendí el regreso a casa con cierto sabor a derrota en los labios.


La respuesta llegó por correo certificado, un mensajero entregó un abultado sobre que yo abrí a eso de las doce del mediodía, cuando por fin me levanté de la cama.

No solo me habían concedido el visado, que estaba entre los documentos, sino que además, el cónsul, me había regalado una estancia de una semana en el mejor hotel de la capital para asistir a la coronación.
Una carta de su puño y letra me deseaba feliz estancia y me pedía que le acompañase como invitado a la recepción oficial a celebrar la noche antes del evento.

Con el viento a mi favor, me puse frenéticamente a organizar mi viaje, como los permisos y el alojamiento lo tenia resuelto, solo restaba ocuparme del viaje.
Tras mirar las escasas opciones, en coche o en tren, no quedé satisfecho, y en un último arrebato de locura de juventud, se me ocurrió la feliz idea de hacer el recorrido en moto, que además de resultarme tremendamente atractivo a mí, sabia positivamente que a mi padre le iba a jod*r un huevo.

Sabia positivamente que hacerlo en mi radical MV augusta seria un suplicio, así que necesitaba una moto nueva, solo la idea de fundirme la pasta del viejo ya me puso de un estupendo humor, y como aún tenia el grifo abierto, fue lo primero que hice.

Finalmente opté por una BMW r1200gs, una maxitrail cómoda y potente, una perfecta compañera de viaje para la que iba a ser mi última aventura la equipé con todos los extras, y además, en el contrato puse una bonificación de seiscientos euros si la tenia en una semana, y por supuesto que la tuve.
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#8 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 24 Jun 2008 21:27

En Ruritania.


No pensé jamás que me pudiera ocurrir esto a mí, pero juro por dios que llegó un momento en que estuve harto de tanta curva.
Aquel era el paraíso para todo buen amante de las dos ruedas que se precie, las carreteras parecían todas recién asfaltadas, sin un solo bache y con un grip más que bueno, no eran demasiado anchas al tratarse en su totalidad de carreteras de montaña, pero nada que ver con los estrechos y revirados puertos de nuestro país, hay que recordar que la casi la totalidad del transporte del mineral solo se podía hacer por carretera, quizás por eso estaban tan bien hechas y conservadas.

Tras disfrutar más de dos horas de subidas, bajadas, de curvas y del increíble paisaje, llegué a agotarme, tanto física como mentalmente y no tuve más remedio que detenerme un rato y despejarme un poco.
Lo hice en lo alto de un puerto, en un pequeño arcen que servia de mirador a un inmenso y verde valle, ¿Dónde estaban las casas en aquel país? Aún no había visto ninguna.
Me encendí un cigarrillo y me puse a estirar un poco las piernas por los alrededores.
El aire sabia diferente, era más fresco y más intenso, no se como explicarlo, en cualquier caso resultaba revitalizante.

Al poco rato de estar allí, empecé a oír a lo lejos el rugido grave de varios motores, no tardé en identificarlos como bicilíndricos de moto, y venían fuertes,
Otra de las ventajas del lugar era que no existía limitación de velocidad, las señales solo indicaban una recomendación en los tramos más revirados o en pendientes, cada segundo me sentía más a gusto aquí.

Desde el borde del mirador pude ver tres KTM Supermoto totalmente negras, tanto las monturas como los pilotos, subiendo a cuchillo el puerto, se notaba de lejos que tenían buenas manos y que se conocían el terreno, hay que jod*rs* como iban los pavos, en poco tiempo llegarían a mi posición.

Vi al primero poco después, saliendo a una rueda de la curva, seguido a centímetros por los otros dos, impresionante…
Al pasar frente a mí les saludé con la típica V motera.
El primero del grupo frenó, y lo hizo tan bruscamente, que sus dos compañeros libraron por los pelos de no llevárselo por delante.
Me asusté, había estado a punto de causar un accidente por una tontería, corrí hacia ellos para disculparme, pero ellos ya estaban dando la vuelta y en segundos se pararon junto a mi BMW.
Comencé a disculparme mientras se bajaban de las motos, pero me quedé mudo cuando el que había dado el frenazo se quitó el casco con pantalla negra y vi mi cara en la suya.


-¡válgame Dios...! -exclamó mi doble. En Ruritania eran muy católicos.

Yo sabia quién era él, pero el no conocía de mi existencia.
Me presente cortésmente en ingles, ante la estupefacta mirada de los tres hombres.

Los que le acompañaban tenían toda la pinta de ser los guardaespaldas, dos tipos altos y fornidos como armarios, con el pelo casa rapado y mirada inquieta.
A mi particularmente, no me quitaban ojo y su expresión no era tan divertida ni afable como la del príncipe Edgar.

Este no paraba de dar vueltas a mi alrededor, lanzando toda clase de exclamaciones y hablando en alemán con sus compañeros, lastima que no entendiera ni jota, me hubiera gustado saber que les decía de mí.

-¿Qué haces en mi país…?-me preguntó por fin en ingles sin malicia.
Una vez más volví a contar la historia, y para mi sorpresa, al futuro rey le encantó. Tanto es así, que a partir de aquí todos mis planes se fueron al traste.
-tenemos que celebrar este agradable encuentro…-dijo complacido- esta noche será mi huésped, le ruego que acepte.

Poco había que rascar ante tal situación, acepté gustoso.
Me explicó brevemente que a continuación nos dirigiríamos con las motos hasta el palacio de caza del rey, quedaba a pocos minutos de aquí, en medio de un bosque, ya debían estar esperando su llegada.
Dicho y hecho, montamos en la moto, Edgar fue en cabeza y yo entre los dos gorilas, me tenían bien vigilado, su trabajo era no fiarse de nadie y por lo que parecía lo hacían muy bien.
Tengo que decir, por pura autocomplacencia, que a pesar del fuerte ritmo que Edgar imprimió a su montura, estuve a la altura y no me despegué de su colín en todo el trayecto.
Salimos de la carretera y tomamos un estrecho camino sin señalar, nos metimos de lleno en mitad de la espesura de un frondoso bosque, noté que a pesar de la cordura, el ambiente allí era bastante más fresco, en cualquier caso, merecía la pena pasar un poco de frío solo por la belleza del paisaje.

Poco después, salimos a un gran claro, en mitad del cual, se levantaba un pequeño y bonito palacete de dos pisos de aire medieval.
Detuvimos las motos frente a la gran puerta de entrada, por la que empezaron a asomar multitud de personal de servicio.
El príncipe se quitó el casco y empezó a saludarlos uno a uno llamándoles por su nombre y bromeando con algunos, la fama de que el pueblo lo quería no debía ser un bulo, observando su comportamiento campechano.
Tras los saludos pidió que me prepararan una estancia y que metieran mis maletas en el palacio, tuve que echar una mano para soltarlas de la moto.

El príncipe se disculpo, alegando obligaciones inaplazables y se despidió de mí quedando para tomar una copa antes de cenar.
Quedé en la entrada, escoltado por uno de los gorilas, aún flotando como en una nube inquieta, tras los bruscos cambios ocurridos en tan poco tiempo.

-¿Qué hacemos ahora…?-pregunté a mi sombra.
Me hizo un gesto para entrar dentro, no le hice tener que repetírmelo.


Fui alojado en una espaciosa habitación, trofeos de caza y pieles de animales decoraban paredes y suelo, el mobiliario clásico de madera quedaba perfecto con la decoración, las maletas de aluminio de la moto ya estaban allí. Antes de dejarme solo, el gorila me dijo que podría asearme y cambiarme de ropa para la cena, y me dejó bien claro con un tono duro y con mucho acento alemán, que no se me ocurriese dejar la habitación.

Le prometí que podría estar tranquilo, pero no se por qué, no se creyó mis sinceras palabras.

Aproveche para darme un largo y relajante baño, la verdad es que lo necesitaba, lo disfruté sin prisas.
Luego me afeité y saqué ropa de calle de mi equipaje, daba gusto cambiar la cordura por unos cómodos vaqueros y una buena camisa.
Como tenia que esperar a que vinieran a buscarme, abrí una ventana y me fumé un pitillo a gusto, justo acababa de arrojar la colilla por la ventana cuando oí la cerradura, ya podía salir.

Fui escoltado por los pasillos hasta un gran salón, allí si que había bichos disecados por todas partes, iluminada la estancia solamente por las llamas de una inmensa chimenea en el fondo, a uno se le encogía un poco el animo.
Me senté como un corderito en un gran sofá, y un poco nervioso esperé, tratando de no mirar mucho a la cara al gorila que se sentó frente a mí.

Gracias a Dios no hube de esperar mucho rato, si por lo menos el gorila me hubiese dado algo de conversación… pero nada, mudo como una roca.
Edgar entró en el salón a grandes pasos, con una sonrisa en la boca y pidiendo a gritos que encendiesen las luces, al verle acercarse, me puse en pie.

-¡pero Otto…!-exclamó- no has sido capaz ni de ofrecerle una copa a nuestro invitado…
Otto puso cara de lamentarlo y yo le excusé alegando que no tenía sed.
-pero ahora tomaremos algo mientras preparan la cena…-me sugirió
-será un placer.

No tenía por costumbre empezar a darle al drinkin antes de llenar el estomago, pero esta vez hice una excepción, y me tomé una buena copa de un exquisito y desconocido vodka ruso.

-¿y bien…que te parece mi pequeño país? -me preguntó Edgar rompiendo el hielo.
-pues lo poco que he visto me ha encantado.
-¿Cómo ha conseguido el visado de entrada…? -atacó Otto.
El príncipe le lanzó una mirada fulminante y el hombre se calló.
Un poco incomodo por la agresividad de aquel tipo, decidí contar la verdad, para evitar suspicacias y dejar bien claras mis inocentes intenciones.
Expliqué como había viajado hasta el consulado en Madrid y lo estupendamente que fui atendido por su personal, haciendo hincapié sobre todo en especial al cónsul, que hasta me había buscado alojamiento en el mejor hotel y me había invitado a acompañarlo a la recepción oficial previa a la coronación.

Al escuchar mis palabras, el príncipe frunció el entrecejo y su expresión se tornó oscura, y en cuanto a Otto, la verdad es que tuvo que contenerse para no saltar del sofá.
-¿he dicho algo inconveniente…? -pregunté extrañado por su reacción.
-en absoluto…-dijo Edgar.
Pero a continuación, dirigió su mirada a Otto y este salió disparado del gran salón.
-aquí esta pasando algo raro…-no pude contenerme.
-nada de lo que debas preocuparte – me aseguro.
No quise insistir, pero una mosca empezó a rondarme tras las orejas.
Seguimos charlando como si nada, de nuestro increíble parecido, de nuestros países y costumbres…el príncipe solo conocía la capital e Ibiza, y de motos.

Al poco rato regresó Otto en medio de grandes zancadas y plantándose en un santiamén junto a su señor, le habló al oído, yo cada vez estaba más intrigado… aquí había gato encerrado.

Otto volvió a salir casi a la carrera tras intercambiar unas pocas frases en alemán entre ellos.
Cuando nos quedamos de nuevo solos, la cara del príncipe tenía una agridulce expresión.

-igual debiera abandonar el país…-me ofrecí- creo que mi llegada esta siendo motivo de muchos trastornos…

Edgar lanzó una gran carcajada que me dejó totalmente descolocado.

-mi querido amigo…-dijo aún entre risas- me temo que ahora eso es imposible…
-¡Explícate…!- lo tuteé ya irritado.
Me hizo gestos para que me tranquilizase y dio un largo trago a su copa antes de responderme.
-si en algo aprecia su pellejo, querido amigo, será mejor que permanezca junto a mí.
Aquella respuesta me dejó totalmente descolocado.
-me temo que no entiendo nada…
Edgar sin dejar de sonreír siguió hablando.
-creo que sin quererlo ni sospecharlo, formas parte de un complot para evitar que yo llegue al trono…-dijo como si nada.
-¡no es posible…!-dije irritado poniéndome en pie - ¡yo jamás formaría parte en algo tan sucio y descabellado!
El príncipe me rogó que me calmase y pidió explicarse, me costó bastante calmarme lo suficiente como para volver a tomar asiento, de repente me entraron las ganas de volver a mi casa cuanto antes.
-no se exactamente que es lo que esta tramando el bueno de mi hermano Rupert pero viendo nuestro increíble parecido creo que trata de suplantarme por ti. Te aseguro que si no estoy en lo cierto, nunca hubieras podrido conseguir un visado de entrada, el cónsul en España es un acólito de mi hermano y yo mismo firme su orden de traslado para sacarlo de aquí, era un hombre muy poderoso dentro del ejercito y no estaba de mi lado, era muy peligroso que tuviera poder, podría poner gran parte de las fuerzas armadas en mi contra, incluso estallar una guerra civil que de ninguna manera puedo consentir por el bien de mis súbditos.

No cabe duda que Edgar sabia muy bien lo que se decía, pero seguía sin ver que podía pintar yo en medio de aquellas intrigas de poder, así se lo hice saber.

-viniendo del mal nacido de mi hermano cualquier cosa… puede secuestrarme o matarme, y teniéndote a ti, obligarte a salir en publico diciendo que he renunciado la corona a su favor… darías el pego a la perfección.
No hizo falta que me explicase lo que me ocurriría a mí una vez logrado su objetivo.

-¡tengo que abandonar el país cuanto antes! -grité asustado.
Edgar asintió.
-en estos momentos Otto esta ocupándose, pronto vendrá un helicóptero a recogerte, te llevará hasta Viena donde te esperará nuestro avión privado que te dejará en casa en pocas horas…
Al oír aquello se me alivió una presión en el pecho que poco a poco se me había ido formando.
-no te preocupes por tu moto…-zanjó el tema- en cuanto pase el día de la coronación dentro de una semana, serás mi invitado de honor y cuando decidas regresar a casa podrás llevártela.

Lo ultimo que me importaba ahora era largarme de aquí, a la moto la podían dar por el culo.
-tomemos otra copa mientras llega el helicóptero…-dijo tranquilamente.
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#9 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por Javiestrom » 25 Jun 2008 07:07

poco a poco

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#10 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 13 Jul 2008 18:47

Javiestrom escribió:poco a poco
Pues ya te digo yo que el autor tampoco tiene mucha prisa... más capítulos ahora mismito :clapping:
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#11 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 13 Jul 2008 18:48

Problemas.

Otto nos avisó de la llegada del helicóptero y salimos al claro del bosque, efectivamente, sobre nuestras cabezas, un moderno aparato de líneas estilizadas comenzó a descender lentamente, antes que el ruido de las turbinas lo hiciera imposible, nos despedimos, Edgar me dio un fuerte abrazo y me deseo un agradable vuelo y entonces se desató el pu*o infierno.

El aparato estaba a un metro escaso de tocar el suelo cuando se abrieron sus puertas y comenzaron a saltar del mismo hombres armados vestidos de negro.

“vaya pedazo despliegue de seguridad…” pensé yo, me sentí hasta importante por un segundo, sin embargo, el primero en reaccionar fue Otto, que ante mi estúpida mirada y la del príncipe, desenfundo su arma y comenzó a gritarnos que entráramos dentro.

Un instante después las balas llovieron a nuestro alrededor, no se oían, el helicóptero ahogaba las detonaciones, solo los trozos de hierba saltando a nuestros pies nos hicieron saber que estábamos siendo atacados.
Aquello me resultaba tan increíble que tardé unos preciosos segundos en reaccionar, para cuando mi cerebro ordenó a mis pies empezar a correr para salvar el pellejo, Otto caía de rodillas delante del príncipe protegiéndole de las balas.

Luego las armas callaron, no supe por qué hasta que vi la indecisión de nuestros atacantes, qué alternaban el cañón de sus armas entre el príncipe y yo.

Esta vez no vacile y eché a correr, Edgar hizo lo mismo y emprendimos la huida haciendo caso omiso a los gritos que supongo nos ordenaban detenernos.

Casi lo logramos, nos faltaban unos pocos metros para entrar en el palacio cuando las balas saltaron de nuevo a nuestros pies, no se porque, pero tuve la seguridad de que iba a morir, fue una sensación extraña y los siguientes instantes pasaron a cámara lenta, Edgar fue alcanzado en el muslo de su pierna izquierda y lo vi caer a mi derecha, mientras mi cerebro me ordenaba detenerme para socorrerlo sentí en mi brazo como si alguien me lo estuviese atravesando con un hierro al rojo vivo, tropecé y caí dando volteretas sin control un par de metros.
Con un pequeño mareo y con el brazo prácticamente inmovilizado traté de ponerme en pie y volver junto a Edgar, pero este, herido y sangrando abundantemente de su pierna me gritaba para que huyera.
Incapaz de razonar con lucidez, estoy seguro de que me hubiesen abatido en cualquier momento si no llega a ser porque de la puerta de la casa empezaron a responder al fuego tanto el otro escolta del príncipe como el personal de servicio armados con rifles de caza.

Me quedé tendido en el suelo, encogido como un bebé, a la espera de acontecimientos, ahora sí que podía oír las balas silbar, nunca había estado tan aco*onado en la vida, mi vida solo dependía de la puntería de algún hijo pu*a, empecé a rezar, algo que no hacia desde niño.

No sé cuanto duró aquello, quizás solo un par de minutos, pero a mí sobre la hierba se me hizo toda una vida, solo sé que de repente me vi rodeado de gente y un par de fuertes brazos tiraron de mí hacia la casa, justo antes de pasar la puerta por el rabillo del ojo pude ver que los asaltantes estaban haciendo exactamente lo mismo con el príncipe, lo tenían a las puertas del helicóptero cuando salió de mi campo de visión, luego, me desmayé.
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#12 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 13 Jul 2008 18:49

Cuando abrí los ojos, tenía a escasos centímetros de mi cara el arrugado rostro de un hombre mayor con cara de malas pulgas, asustado, di un bote y nuestras cabezas chocaron haciendo un sonoro crac.

El tipo, un tipo de unos sesenta, de media estatura y delgado como un palillo empezó a lanzar juramentos en alemán, yo aún asustado y desorientado traté de incorporarme pero un latigazo de dolor insoportable en mi brazo me lo impidió y volví a quedar tumbado con la cabeza dándome vueltas como un tiovivo, tuve que cerrar fuertemente los ojos para controlar el mareo.

Una voz tranquila me susurro en ingles con acento que permaneciese quieto y tranquilo que estaba a salvo.
Entonces recordé la movida del helicóptero, los tiros y demás.
-¿Dónde está el príncipe Edgar…? -pregunté visiblemente angustiado.
Nadie me respondió.
Abrí los ojos, y con mucho cuidado y esfuerzo, me incorporé.
Me encontraba en la cama de mi habitación, rodeado por el guardaespaldas que no fue abatido, por el viejo de malas pulgas y por un par de hombres del servicio.
Enfadado y dolorido repetí la pregunta.
-se lo han llevado…-dijo de mala leche entre dientes.
-¿Quién…?-seguí.
-lo tiene Rupert…-su nombre sonó con desprecio.

Hice un esfuerzo por aclarar la situación, si Edgar estaba en poder de su hermano le obligaría a renunciar al trono o incluso se atrevería a matarlo.
-¡se jodió…! -se escapó de mis labios.
Los rostros de los presentes expresaron el mismo pensamiento, todos salvo uno, el del viejo gruñón, en su cara solo se apreciaba una sobredosis de mala ostia.
-¡y una mi*rda…! -se arrancó entonces en mi idioma.

Todos nos quedamos mirándolo boquiabiertos, este comenzó a dar vueltas por la habitación, de un lado a otro, maldiciendo y pensando, a veces se me quedaba mirando y poco después reemprendía su inútil marcha negando con la cabeza, una y otra vez, parecía poseído. Hasta que se detuvo definitivamente, de nuevo frente a mí, mirándome con descaro, una sonrisa heladora se fue formando poco a poco entre sus apretados labios, se me erizaron todos los pelos, aquel viejo asustaba. Al momento empezó a lanzar órdenes en su idioma, los que las recibieron, sin rechistar y apurados dejaron mi cuarto con rapidez, en unos instantes quedamos solos él, el guardaespaldas y un servidor.

-Klaus…-dijo maliciosamente el viejo- te presento a tu nuevo soberano…-dijo señalándome.

No sé quien de los dos se quedó más alucinado al escucharlo, pero en segundos, empecé a darme cuenta de sus intenciones y empecé a negar con la cabeza. El viejo asintió con fuerza, protesté con todas mis fuerzas, fue inútil.
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#13 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por shannen » 17 Ago 2008 16:32

Como se me puede haber pasado este hilo??????? :shok: :shok: :shok: :shok:

Niñooooooooooo ven pronto de holidaysssssssssssssss :friends: :drinks:
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#14 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 19 Sep 2008 09:50

A ver si puedo esta noche y pongo algo, aunque ya adelanto que no hay demasiado que poner que el autor nos tiene a todos abandonados y no escribe desde hace... mucho tiempo, pero mucho mucho muuuuchooo :cray:
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#15 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 20 Sep 2008 16:38

Cómo fabricar un rey en 24 horas.



Solo me dejaron descansar hasta que amaneció, una vez quedó claro mi nuevo e irrenunciable papel en esta historia, me dieron un par de pastillas para el dolor y para sobar y me quedé frito en minutos.

Cuando una dulce voz femenina me despertó, aún creía que seguía soñando.
Abrí los ojos tremendamente a gusto bajo las sabanas y volví a cerrarlos, por un instante creí que estaba en mi casa, en España, fue una sensación muy agradable, que duró lo justo para dejarme la miel en los labios cuando empezó a tronar la dura voz de Fritz, el viejo amargado.

Abrí los ojos para ver como aquel grano en mi culo daba órdenes imperiosas a la doncella que me acababa de despertar con suavidad. La joven bajó el rostro y esbozó una débil disculpa, que por los airados gestos de Fritz, pareció no aceptar, aquello ya fue demasiado, me erguí renqueante aún por el brazo y le empecé a llamar de todo menos guapo.

Éste dejó de apabullar a la chica y me miró sorprendido.
-vaya…parece que tienes algo de carácter…-pareció complacido.
Pero duró poco, al instante volvió a la carga, le dio varias órdenes a la doncella y salió de mi cuarto.
-¿Qué te ha dicho…? -pregunté inseguro de que pudiese comprenderme.
-que tiene que levantarse, asearse y que le corte el pelo -respondió en un perfecto ingles.
-vaya con el abuelo…
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#16 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 20 Sep 2008 16:39

Aquel puñetero día fue como volver a la escuela, muy largo, muy duro y un gran coñazo, pretendían que me supiera toda la historia reciente del país, que conociese e identificase a un montón de desconocidos y por si fuera poco que aprendiera alemán, la lengua oficial, aquello fue demasiado.

Solo me daban un respiro cada dos horas, para echarme un pitillo, el príncipe no fumaba, así que cuando llegáramos a la capital ya me podía despedir de uno de mis vicios, al menos en publico.
No sé cuantos cafés con calmantes me tomé, pero al caer la tarde me sentía como flotando en una nube de terciopelo con una gran sonrisa idiota en la cara.

Fritz me dejó por imposible a eso de medianoche, no entendía ni papa de lo que chamullaba con sus acólitos, pero no parecía nada satisfecho con mis progresos.

Me dieron de cenar, un bol de sopa y un sándwich de jamón y queso duro y seco como la piedra, lo engullí con avidez y lo regué con un delicioso zumo de naranja natural, después de eso, me escoltaron de nuevo a mi cuarto y me metí en la cama, me dormí al instante.

Los dos siguientes días fueron una copia del primero, solo que esta vez tenia mucho mejor el brazo, fue un tiro limpio sin mayores consecuencias, y pasé de atiborrarme a calmantes, con lo cual estuve mucho más despejado y atento.

Esa misma noche partiríamos a Strelsau, la capital, el ambiente que reinaba ahora era mucho más soportable, hasta el propio Fritz asentía y sonreía con satisfacción cuando respondía adecuadamente a sus preguntas.

Antes de partir me vistieron con la ropa de Edgar, me quedaba como un guante, otro motivo de satisfacción para el viejo cascarrabias, y con mi nuevo corte de pelo calcado al del príncipe daba el pego de lleno.
Como el brazo aún me dolía, me lo pusieron en cabestrillo, el gabinete de prensa aduciría un accidente de moto sin importancia, todos conocían la afición de Edgar a las dos ruedas, y seria una excusa convincente para reducir mis apariciones públicas a las mínimas imprescindibles, Fritz estaba en todo.

Cuando anunciaron que el coche estaba en la puerta esperando, se armó un gran revuelo, y todos menos Fritz desaparecieron del salón, muy ocupados en los preparativos.

Llegó la hora de la verdad, estaba a punto de participar en una gran farsa en la que hasta mi vida corría peligro y me di cuenta que nadie me había pedido ni mi opinión ni mi participación, s más, ni yo mismo me lo había planteado.
Sentí miedo, ¿Dónde coñ* me había metido?

Fritz pareció percatarse de mi estado de ánimo y se acercó hasta mí, plantándome su manaza amistosa sobre el hombro.

-lo harás bien…-habló por primera vez en ingles.

Me lo quedé mirando como las vacas al tren, el muy cabr*n me había estado tomando el pelo todo este tiempo, y anda que no le llamé de todo creyendo que no entendía el idioma, al final acabé riéndome con ganas, me la había vuelto a jugar, no cabía duda que era un tipo mucho más inteligente de lo que te podías esperar.

Sin nada más que rascar allí, salimos juntos a la calle, respiré aquel delicioso aire puro por primera vez en días y me sentí mejor al momento, montamos en un gran Range Rover negro blindado, uno de los cinco que formaban la comitiva, dentro olía a cuero y madera, con un simple gesto del viejo arrancamos.

Al principio permanecí callado, oyendo como rugía el V8 gasolina atravesando puertos de montaña a una velocidad mucho más elevada de lo que la prudencia aconsejaría, a mi lado, Fritz estuvo ocupadísimo largo rato manteniendo varias conversaciones en su idioma por el móvil, cuando pareció terminar y se metió el teléfono en la chaqueta aproveché para conversar con él.

-¿se sabe algo de Edgar…?
-sabemos muy poco, tengo un agente en Zenda, pero solo lo ha podido ver un par de veces y de pasada, lo tienen muy bien oculto, sabemos que esta vivo,
Pero convaleciente de su pierna herida, y el maldito Rupert no ha dado señales… a saber lo que estará tramando el muy bribón…
-¿Qué esperas que pase…?

Fritz meditó unos instantes antes de responder.

-no lo sé… lo lógico seria que tratar de hacer un trato con nosotros…dudo mucho que ose hacerle daño a su hermano…de todas formas, por si se le ocurriera esa idea, te tenemos a ti, ocuparas su lugar y todo seguirá como estaba previsto, le joderemos su mejor baza, si es necesario… tú serás coronado…cualquier cosa antes de que ese mal nacido acaricie el trono.

El tono de sus palabras se fue endureciendo, y la última frase la pronunció con determinación, estaba claro que era capaz de cumplir lo que había dicho, me encogí un poco intimidado en mi asiento y decidí cambiar de tema, le sugerí que hiciéramos un breve repaso de las estancias de palacio, y di gracias a Dios de que el rey y la reina estuvieran de safari en Kenia, volverían pasado mañana, para la recepción previa a la coronación, en dos días podían ocurrir muchas cosas, quizás hasta podría estar ya en casita y todo, no sabia lo equivocado que estaba.

Atravesamos la capital a más de ciento cincuenta por hora, los cruces y semáforos estaban ocupados por patrullas de policía que nos franqueaban el paso, ni me pude fijar en sus calles ni edificios, atravesamos las verjas de palacio sin bajar el ritmo y poco después entramos en el garaje subterráneo.
Cuando se detuvieron los motores, pude ver a un gran comité de recepción, Fritz me hizo un último examen, reconocí a todos los presentes, me señaló a uno de ellos, un tipo seco y estirado, Roland era su nombre, del servicio de protocolo y uno de los hombres de Rupert en palacio.

-mucho ojo con ese…-dijo antes de estirar la mano hacia el tirador de la puerta.
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#17 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 20 Sep 2008 16:40

En cuanto bajé del Range me vi rodeado por un montón de guardaespaldas que no dejaron ni acercarse a los que nos esperaban, incluso a empujones, me hicieron caminar deprisa hasta las escaleras, pero yo, tal y como me había dicho Fritz, salude a todos con la cabeza y sonriente fui pronunciando los nombres de los que reconocía.

No nos detuvimos hasta llegar al segundo piso, donde se encontraban mis aposentos privados, que resultaron ser como una gran casa dentro del propio palacio, en cuanto se cerró la puerta a nuestra espalda por fin me dejaron respirar tranquilo, caminé hasta un cómodo gran sofá de piel blanca y me dejé caer en él.
-¿Qué tal lo he hecho…? -Pregunté a Fritz que se había convertido en mi sombra.
Se limitó a dirigirme un gruñido de aprobación.
-¿y ahora que hacemos…?-insistí.
-pediremos algo para cenar y luego a dormir…-me trató como a un puñetero crío.
-oye Fritz…no te pases…que bastante estoy haciendo…-protesté airado.
Este me ignoró por completo y se fue a dar órdenes a todo el personal de seguridad que llenaba mi estupendo salón.

Minutos después en mis aposentos solo quedábamos un par de gorilas y yo. Aburrido de mirar sus frías caras decidí explorar mis dominios.

La verdad es que no se lo montaba nada mal mi gemelo, en aquellas estancias no faltaba de nada, un gran dormitorio con decoración ultramoderna llena de cristal y acero, con una pedazo cama de por lo menos dos metros de ancho, un baño con todos los accesorios imaginables, el ya mencionado lujoso salón y lo que más me gusto un cuarto llenito de aparatos electrónicos y de libros, no faltaba de nada, ni una enorme pantalla de plasma y un completo equipo hi-fi firmado por Bang & Oluffsen, todas las consolas del mercado y unos estantes repletos de música cine y juegos y un ordenador, el paraíso.

Encantado con el resultado de mi exploración, regresé al salón, justo cuando llamaron a la puerta para traer la cena.

Disfruté de las delicias culinarias que me ofrecieron y me tomé un estupendo café solo para terminar, a continuación eché mano a mi paquete de tabaco y me dispuse a encenderme un pitillo, al segundo, uno de los gorilas se plantó a mi lado y moviendo su cabezota me dijo que no se podía fumar, ya me había olvidado de que Edgar no lo hacia.
-¿entiendes ingles…?-le pregunté.
Asintió sin gracia.
-mira salao, yo después de cenar me fumo un pitillo, aquí y en la china…así que vete diciéndome donde puedo hacerlo…vamos a llevarnos bien…

La verdad es que me pasé de chulería con el tipo, y por la cara que puso, supe que estaba haciendo verdaderos esfuerzos para no darme un puñetazo en los morros. En lugar de hacerlo, se llevó la mano donde tenia oculto el micrófono y hablo con alguien unos segundos en voz baja. Cuando terminó me miró con cara de malas pulgas y me señaló una gran puerta que daba acceso a una gran terraza. Asentí y me fui para allí.

Qué pasada, era como tener un gran jardín en un quinto piso…todo lleno de plantas de un verde brillante a la luz de la luna, incluso disponía de una pequeña pérgola bajo la cual se hallaba una mesa y cuatro sillas…allí que me fui.

La noche era fresca, pero se aguantaba bien en medio de aquella belleza de sitio, miré el reloj, un caro omega de platino, el mismo que usaba Edgar, solo eran las diez menos cuarto, en España aún no habría llegado a casa…
Me fumé un par de cigarrillos súper a gusto, uno de los gorilas estaba en la puerta, bastante lejos para ser una molestia pero presto para actuar si la situación lo requería, dudé en pedirle que me trajera una copa, no quería abusar de mi suerte, mejor entraba y me la preparaba yo, ya había localizado antes el mueble bar.

Justo me acababa de poner en pie cuando oí abajo ruido de coches, curioso me asomé por el barandado, solo pude ver los leds traseros de un A8 deteniéndose frente a la entrada de palacio, Quién podría ser…?
No tuve que esperar mucho para hallar la respuesta.
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#18 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por sharkblack » 22 Sep 2008 15:09

Spauser, que estoy pillao con la novela hombre!!....arrancate unas cuantas paginas mas ...anda..porfa :wink:

YIIIIIIIIIHAAAAAAAAAAAAA
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#19 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 23 Sep 2008 20:55

Alice

Fritz entró a saco en mis dependencias con cara de verdadero apuro, me pilló poniendo una generosa ración de vodka ruso en un grueso vaso de cristal, iba a saludarle, pero al verle así, me quedé con la palabra en la boca.

-¡problemas…!-graznó tenso.
Pensé en lo peor, algo malo le había pasado a Edgar, por un segundo me temblaron las piernas.
-¿Qué ocurre…?-pregunté alterado.
-¡esta aquí..!
-¿Quién...?-ya estaba de los nervios.
-¡tú novia!...digo...la novia del príncipe!
-¿Alice warning esta aquí…?-dije con ojos de depredador.
-¡sí…!
-de coña…-se me escapó.
-¡ni lo pienses…!-me amenazó.
Pedí perdón con un gesto, pero por dentro ya me relamía los labios, quizás no podría ni rozarla, pero ya con verla en persona y de cerca ya era una pasada.
-¿Qué vamos a hacer…?
-¡no se…!tengo que pensar…

Sabiendo de lo que era capaz ese viejo astuto me podría chafar el tema, rogué al niño Jesús para que se le bloqueara la mente…al menos hasta poder verla.

Tardó demasiado…aún seguía maquinando uno de sus maquiavélicos planes cuando se abrió la puerta y entro aquella preciosidad dando saltitos de alegría y con los brazos abiertos hacia mí, la seguían un par de mayordomos acarreando un montón de equipaje.

El mundo comenzó a ir a cámara lenta, tuve tiempo más que de sobra antes de que se lanzara a mis brazos para observarla a placer. Vestía unos vaqueros gastados y ajustados a sus largas y perfectas piernas, calzaba unas deportivas blancas sin marca, me gustó aquel detalle, una camiseta y un chaleco negros cubrían su torso, sus pechos se marcaban a través del tejido, perdí unos preciosos segundos siguiendo su balanceo arriba y abajo, hipnotizantes... su largo y liso pelo rubio le caía rebelde por su cara de muñequita, no llevaba maquillaje, creo que estaba mucho más atractiva así que en las fotos maquillada hasta las cejas…y era mía…una gran sonrisa se fue formando en mi cara.
Al ver mi brazo en cabestrillo se detuvo a un paso, y con cuidado de no hacerme daño me besó en los labios, yo lo sentía mucho por Edgar, pero tenia que hacer bien mi papel y le devolví el beso como si de él mismo se tratase, simplemente delicioso…solo por aquel beso ya merecía la pena estar metido en este fregado, miré de reojo a Fritz, que se estaba mordiendo los labios de furia, le guiñe un ojo mientras nuestras lenguas seguían jugueteando.
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#20 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 23 Sep 2008 20:56

-¿Qué te ha pasado en el brazo…?-dijo la voz más dulce que he oído en la vida.
Abrí la boca para responderla, pero antes de poder articular palabra, Fritz se materializo a mi lado como si hubiese sido tele transportado y colocándose entre los dos le contó la bola de lo del accidente de moto y poco a poco la empezó a hacer retroceder de mi lado, el muy cabr*n…
-pasa de mi…Frtiz- dijo ella apartándolo y volviendo a acercárseme.

La señale el sofá y nos sentamos, la ladilla cojonera intentó ponerse en medio…aquello ya era demasiado…de un bote se lo impedí, me fulminó con la mirada pero pasé de él, ¿pero que se había creído…?

Se tuvo que conformar con plantarse delante nuestro vigilando receloso.
Alice mimosa no paraba de darme besitos por la cara y el cuello y pronto me susurró que la apetecía quedarnos a solas….¡que coñ*… a mí también!

A sabiendas de que me la iba a cargar actué en consecuencia. Tomé aire, y con voz serena y grave me dirigí a Fritz.
-muy bien, eso es todo, ahora podéis dejarnos…-y señalando con el dedo la puerta dejé claras mis intenciones.
Fritz se quedó paralizado por un segundo y luego se fue poniendo rojo de furia…vi que estaba a punto de saltar.
-¿Fritz…?-pregunté con tono autoritario.
-como deseéis alteza…-dijo mordiéndose los labios.
Con un gesto hizo que se retirasen los gorilas y luego permaneció quieto indeciso, se lo puse fácil.
-hasta mañana…
Se dio la vuelta bruscamente y salió a grandes zancadas maldiciendo por lo bajo.
-¿pero que le pasas a este hoy…?-dijo Alice.
En vez de responderla la atraje hacia mí y volví a besarla.
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#21 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 23 Sep 2008 20:57

Aún no se de donde saqué la fuerza de voluntad necesaria para no acabar haciendo el amor con Alice.

En cuanto nos quedamos solos se abalanzó sobre mí y empezó a toquetearme con lascivia, la seguí el juego y la toqué y bese hasta que supe que un segundo más y no podría resistir la tentación.

A pesar de sus fingidas protestas ante mi negativa de irnos a la cama, fingiendo un terrible dolor en el brazo, la convencí para que parase. No sabía casi nada de ella, así que me daba miedo abrir la boca meter la pata, yo mismo me había metido en aquel marrón, y ahora no sabia como actuar para no levantar sus sospechas.

Fue una suerte que en ese momento ella fuera a darse una ducha, ya que no íbamos a acostarnos, le apetecía ponerse más cómoda tras el viaje, en cuanto entró al baño llamé a Fritz.

Entró furioso y al segundo, como si se hubiese quedado justo tras la puerta y creo que así había sido. Tras echarme una bronca de mil demonios, eso sí en voz muy bajita para que no oyese nada Alice, pude convencerle de que no me había tirado a la novia del príncipe, pareció calmarse un poco y aproveche para pedirle ayuda, necesitaba información fresca sobre ella, su repentina aparición estaba poniendo en serios apuros nuestro plan.
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#22 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por spauser » 23 Sep 2008 21:00

Y de momento esto es todo lo que ha publicado el señor, así que paciencia porque lleva así ya bastante tiempo ya que al parecer anda liado en casa y no tiene tiempo para "invenciones" :pardon:
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#23 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por sharkblack » 23 Sep 2008 21:22

Pues tendremos paciencia, que remedio.....esto siempre pasa en lo mejor del relato... :blink:

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#24 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por isidorito cañones » 10 Oct 2008 04:34

tiempo al tiempo , y mas para los creativos...... :clapping: :clapping:
Imagen"¿El mundo está loco? No. El ser humano es extraordinario".

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#25 Re: OTRA NOVELA: El prisionero de Zenda

Mensaje por shannen » 09 Nov 2008 00:22

Spauser no te olvides de nosotros, que nos pones la miel en los labios y zasssssssssssss :wink: que esto esta muyyyyyyy interesante, un abrazo. :friends:
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