Camino a
Rumanía XVI
Las previsiones se han cumplido y al abrir los ojos esta mañana hemos corrido las cortinas y estaba lloviendo a mares. Es la borrasca que barrió España hace unos días y ahora ha llegado a Italia.
Así que hemos hecho lo que se debe hacer en estos casos, tomad nota: cierras la cortina, ahuecas la almohada, te subes el edredón hasta las orejas (aquí hay 15 grados por las noches) y sigues durmiendo.
Amanece lloviendo en Vicenza.jpg
Pasadas las 8 ha dejado de llover, pero el cielo estaba muy cubierto. Hemos consultado la previsión de Wetterzentrale (para mi, la mejor web del tiempo) y, mirado cómo evolucionada la borrasca, hemos recorrido la autopista que va por Alejandría, en lugar de ir por Millán, mucho más al norte. Milagrosamente nos hemos librado del temporal.
Para quitarnos kilómetros de enmedio hemos decidido coger la carísima autopista E70, un atraco a mano armada, ya que te salen más caros los peajes que la gasolina, y eso que dentro de la autostrada hemos llegado a ver el litro de súper 95 a 2 euros.
Dentro de la autopista conviven unos seres extraños a los que sólo les preocupa correr mucho, achuchar al vehículo que llenan delante para que se quite de la izquierda y ser lo más agresivo posible.
El consumo de la VStrom 1000 ha sido de 4, 9 litros circulando a unos cruceros contrastes de 110-115 km/h.
No hemos podido cumplir nuestras intenciones, ha sido superior a nuestras fuerzas y en Asti, cien kilómetros antes de lo previsto, nos hemos salido de la carretera de peaje y hemos seguido haciendo kilómetros por unas entretenidas carreterillas que nos han llevado hasta Pinerolo, desde donde hemos ascendido primero a la estación de esquí de Sestriere y después al puerto de Montgenebre, frontera con Francia. Hoy han caído otros 500 kilómetros.
Puedes ir a Cabo Norte, a la Ruta 66, a la Panamericana, a Transfagarasan... nada es comparable a los Alpes. Y lo dice alguien que reniega de la masificación del turismo en moto y de las multitudes alienadas: los Alpes son únicos para viajar en moto y si no los conoces... no sé a que esperas.
Frontera de Montgenebre.jpg
Llevo más de treinta años visitando estás montañas, no he faltado ningún año, bien sea en moto, en bici (la mayoría de las veces) o en coche (también he practicado alpinismo a muy alto nivel) y nunca dejan de sorprenderme. Aquí me encuentro como en casa y todo lo que me rodea me resulta familiar: aquí ya no necesito mapas para regresar a casa.
Al bajar de Montgenebre nos hemos parado a buscar hotel en Briançon, uno de los lugares más importantes de esta región. Es en exceso populoso, pero tiene un aire rancio y pintoresco que enamora a quien lo conoce.
Mañana continuaremos tranquilamente atravesando Francia, sin prisa pero sin pausa, y os lo intentaré seguir contando.
Truco del día
Más truco hoy es un consejo. Ayer, circulando muy deprisa por el carril izquierdo de la autopista noté un pinchazo muy doloroso en el lado derecho del cuello. En esos momentos tienes que mantener la sangre fría, no perder la concentración y hacer lo más racional: buscar un lugar seguro, realizar una maniobra para salir de las calzadas y ver lo que te ha pasado. Raquel me quitó con unas pinzas un aguijón, posiblemente de una avispa, de la zona dolorida. Soy muy alérgico y, enseguida, la zona se inflamó y el dolor fue en aumento. Como viajo siempre con antihistamínicos no hubo problema, pero hay que llegar a una conclusión: esto puede provocar un accidente muy grave o causar un problema de salud serio si no has sido previsor, pero es muy sencillo evitarlo. Ayer, cuando sucedió esto, el termómetro marcaba 36 grados y hacia un sol de justicia. Llevaba el cuello de la chaqueta desabrochado y el casco con la visera un poco abierta: vamos en moto, hay que evitar esto, el casco siempre cerrado, la ropa abrochada y un pañuelo o una braga en el cuello. Hace una semana también le picó a Raquel algún bicho en el cuello, mientras atravesamos Serbia: por la misma razón.
Terraza hotel de Briancon.jpg
Por cierto, desde hace un par de años llevamos siempre en el botiquín arcilla verde en tubo, se utiliza para cosmética, pero tiene unas propiedades anti inflamatorias notables. Gracias a una cataplasma de arcilla me ha bajado bastante la inflamación. Se puede conseguir el mismo efecto con un corticoide, pero ese medicamento no se consigue en ningún lugar sin una receta médica.
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