Me pongo toda la parafernalia y cojo la moto.
Primera sorpresa. En el garaje, con la moto casi parada y al dar una curva muy cerrada, me resbalo y la moto se va al suelo. El jueves había puesto las defensas, así que no ha pasado nada. El suelo del garaje es hormigón pulido con una capa eterna de polvillo bastante resbaladizo.
El viaje a Pamplona. Son unos 100 km de autovía. Me doy cuenta de que no tengo el cuello hecho a esto de la moto. Al llegar a Pamplona me dolía y tenía la cabeza como un bombo (no he pasado de 120 por aquello del rodaje). Durante todo el trayecto había muchísimo viento. He notado las famosas turbulencias de la cúpula de la Vstrom y he comprobado que tengo que completar rápidamente mi equipamiento (botas y pantalones).
Llevaba unos pantalones de esquí sobre los vaqueros (ande yo caliente...) y más o menos iba tirando, pero me entraba mucho aire. Las botas eran unas trekin waterpruf, buenas para ir al monte de la tortilla.
Primeras curvas desde Pamplona a Irurzun pasando por Orcoyen y Ororbia. Cuando seguía a mi amiguete, más o menos trazaba como el, pero cuando iba detrás de el, yo trazaba muy raro. Al entrar en una curva cerrada me he ido al carril contrario... Me queda mucho por aprender.
Comemos en Olazagutía a medio camino entre Vitoria y Pamplona. Cuando salimos llevaba un rato lloviendo y como sospechaba, el viaje de vuelta fue bastante durillo. Unos 50km con una lluvia intensa, momentos de tormenta y rachas de viento muy fuertes.
Llegué a casa empapado desde la punta de los pies hasta las rodillas, las manos heladas pero no mojadas y el cuerpo más o menos bien.
Haciendo un análisis crítico de mi primer viajecito "largo", diría que he disfrutado del 25% del tiempo que he estado sobre la moto.
Adjunto una foto en la que, desgraciadamente, mi motillo casi no se ve.
Un saludo a todos.
