Al final hubo salida...
Tras llenar tanque, recolocarnos los "aditamentos" y comprobar que todo estaba en su sitio, acordamos configurar el GPS durante toda la ruta para evitar autopistas y autovías y le pusimos como primer destino
Villarrubia de Santiago por
Villaconejos-Balcón del Tajo para desayunar. Un paseo entretenido, sobre todo por las carreteras por las que nos "mandaba" el GPS, donde se puede practicar la conducción "a la inglesa", y no lo digo por la forma de tumbar, más bien porque se puede circular por el carril de la izquierda por el escaso o nulo tráfico que hay
Mientras desayunábamos y dudábamos si tirar para Cuenca ¡sorpresa!, aparece un vecino mío que andaba de salida también. Como él sí llevaba hora de vuelta, optamos por tirar para
Fuente el Fresno vía
Mora/Los Yébenes. Llegamos a Fuente, repostaje y despedida. Nosotros continuamos hacia
Malagón para llegar a
Porzuna. Allí comimos en un sitio al que prometimos no volver y que hemos marcado en el GPS como
lugar a evitar (j*der con la puñalada que nos arrearon por dos bocatas de mi*rda!!).
Nos quitamos algo de ropa por aquello del calor y tiramos vía
Pulgar-Argés hacia la Ronda de
Toledo. Allí, en otra parada pitillo más, nos llevamos otra sorpresa al coincidir por tercera vez en tres años con un chico con su inconfundible Honda DN01. Como dicen que a la tercera va la vencida, nos pusimos en marcha para hacer subidas y bajadas por la ronda (tenía yo curiosidad por ver como se mueve esa Honda). Parada de último cafelito, llamada a casa y al final rendición incondicional: nos metimos en la autovía de paseíto volviendo a casa.
Un día perfecto, sin mucho calor ni frío, sin obligaciones de tiempo; rodando en algunos tramos acompañados y otros sólo con la compañía de la peque

. Echabábamos los dos mucho de menos el perdernos por esos mundos, así que, pueblo por el que pasábamos, pueblo al que entrábamos, parada pitillo y foto. No tengo ni idea de las cocacolas ni de los nestea's que nos llegamos a tomar

y en el rato que íbamos solos con la velocidad que llevábamos nos daba tiempo para nuestra afición preferida... ir poniendo nombres a las vacas que veíamos por el campo
Al final, por curiosidad, miramos el GPS y nos devolvió una rutilla de 511km. con tiempos de parada y en marcha casi iguales con dos repostajes. Tanto la cantidad de paradas y la velocidad media nos sorprendieron, menos mal que íbamos solos en parte del trayecto. Ya en casita nos dió por mirar el track y es cuando no nos extrañó tanto la distancia Vs. tiempo.
Como curiosidad, un buen frenazo que tuvimos que meter en una de las rectas yendo a Fuente el Fresno... ¡se nos cruzó un ciervo a toda mecha por la recta! Después de ese "sustillo", nos dimos cuenta que había placas que avisaban del peligro pero como siempre suele ocurrir cuando las vemos, no les hicimos ni puñetero caso y así nos pasó.
Lo malo es que no tenía ni idea que al día siguiente los ordenadores harían de las suyas y me han tenido hasta hoy "aislado" del internete. Una semana sufriendo con ellos y ya parece que se resolvieron los problemas... "bichitos" a mí... ¡ja!