y de alegría 
por la compra de la nueva moto. Tristeza porque se va una parte importante de mí (6 años justitos a mi lado) y alegría porque una vez das el paso de ponerla a la venta, cuando la vendes estás contento. También alegría por la nueva adquisición (en mi caso una BMW F 700 GS).
La compré con 49 años y ha sido mi primera "moto grande", moto "de verdad" y ya con 55 años en parado incluso me costaba moverla. La tenía rebajada de tija anterior y bieletas por lo que la configuración del caballete central, ya no era la correcta. Tanto es así que llevaba casi 3 años sin poder ponerla sobre él. Me he decidido por la F 700 GS porque me gusta y es más ligera y baja que nuestras V del modelo anterior.
Los fabricantes de motos, en este caso Suzuki, están un poco sordos
porque no escuchan a sus clientes. Os puedo decir que si la nueva V 650 (el nuevo modelo) hubiera tenido 50 kilos menos que la anterior (nada imposible estar sobre los 200 kilos en orden de marcha) y la distancia al suelo del asiento sobre los 760-780 mm, mi nueva moto sería la Suzuki Vstrom 650 DL: ellos se lo han perdido 
. Aquí BMW es más listo que el hambre, porque suelen hacer motos bajas y con posibilidad tanto de 3 alturas de asiento, como rebajada de fábrica. La F 700 GS con asiento bajo y estrecho (sin sobre costo) y con reducción de altura de fábrica (unos 200 € aparte) se queda en 760 mm de altura de asiento al suelo,La puse a la venta el 31 de Octubre y la he vendido el 3 de diciembre. Es curioso en ese tiempo he disfrutado de ella como un niño chico; es como si me estuviera despidiendo de ella. Sabía que dentro de poco vendría la separación y por ello cada vez que la cogía disfrutaba sobre ella. Incluso le he hablado y le he "dado las gracias" por lo bien que se ha portado.
No tiene muchos kilómetros aunque me ha acompañado con vosotros a Talavera de la Reina (Hispano Lusa), Ribadesella (Hispano Lusa), Teruel (Nacional) y a Vitoria-Gasteiz (Nacional). Se ha portado.
Ahora como niño inocente y pequeño esperando su regalo de Reyes.
Por la V
No era buen momento para los seguros (disparados), para la economía (le esperaban unos cuantos arreglillos...) y por el poco uso rutero que le daba a causa de tener los niños pequeños.
