Las motos, nuestras queridas motos, también han ocupado un espacio en las carreteras. Han sido vehículos más restringidos y con menor difusión, no más elitistas, sino más reservados a quien tuvo o tiene el valor de hacerse a los mandos de estas máquinas de dos ruedas que no dan la comodidad de uno de cuatro, su protección a los elementos y su seguridad, pero que a cambio colman de satisfacciones a sus pilotos, nosotros los motoristas, moteros o verdaderamente chalados, según se mire. Satisfacciones y sensaciones a las que sólo un coche más especial puede acercarse, y en algunos aspectos nunca superar.
Y todo esto viene a la llegada de las motos eléctricas. La necesidad de búsqueda de nuevas fuentes de energía, las políticas de restricción de emisiones a la atmósfera, la que cada vez será mayor escasez de petróleo y otros factores hacen que las próximas generaciones se monten en un vehículo que ya no tendrá el alma de un motor de explosión como los nuestros, sino que llevará en su interior un motor de respuesta plana, de par constante, como una batidora. Se acabaron las sensaciones, los cambios de marcha, el reducir para un adelantamiento o para negociar una curva. Se acabarán pronto las personalidades de los motores y sus diferencias, la respuesta de los bicilíndricos en V, la de los bóxer, los molinillos de los tetracilíndricos o más, los de tres cilindros, que guardan lo mejor de los de dos y los de cuatro, los monocilíndricos y su paso trotón. Al igual que se acabaron los motores de 2 tiempos, en los que sólo había par arriba del todo, como aquellas RD 350 y 500... Se acabarán pronto, así que disfrutemos de ellas mientras podamos, y enseñemos también a nuestros hijos.
Por cierto, todo esto me viene a la cabeza al observar con decepción las líneas de esta moto que van a lanzar, la Sora, de Lito Green Motion. El nombre lo dice todo. Lo siento, la podéis ver en la imagen de más abajo o más información aquí.
Insisto, somos unos privilegiados.
Saludos, compañeros.
