Crónica diaria viaje a cualquier lugar...

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Etapa del día con final en Briançon.jpg

Atardece en el Mont Chaberton 3131m.jpg

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Huyendo del calor ayer decidimos dormir en la Vachette, cerca de Briançon, y ya lo creo que huimos del bochorno: estábamos a 1550 metros de altitud y la temperatura llegó a descender hasta los 6°.

Entre las pocas ganas que teníamos de irnos de los Alpes y el sol que ha tardado en caldear el ambiente, aunque hoy no teníamos que recoger el campamento, hemos arrancado casi a las 9 de la mañana.

Vuelvo a insistir con la huída de los tópicos moteros, porque lo hemos vuelto a sufrir una vez más: la carretera N94, que da acceso a la región de los Ecrins y la Alta Saboya, a las 9 de la mañana de un viernes de junio ¡Estaba colapsada! No quiero pensar en los atascos que se han tenido que comer las personas que hayan querido ascender al Galibier, Croix de Fer, Iseran, Izoard, Alpe d'Huez... ¿Qué puede pasar en agosto? Y un porcentaje muy alto de los usuarios de esta vía que estaban retenidos eran moteros.

Con la divina tentación de volver la cabeza atrás para despedirnos de estas montañas mágicas, hemos aligerado la marcha para llegar hasta Gap, localidad donde ya el tráfico se divide en muchas vías de comunicación y se puede empezar a circular con soltura: hasta este punto hemos tenido que hacer infinidad de adelantamientos para evitar quedarnos atrapados en algún atasco.

Col de la Cabra, entrada al Valle del Drome.jpg

La ruta seleccionada para salir de los Alpes ha sido por los Vercors, unas montañas ignoradas por muchos que, con la mirada puesta en los Alpes, no escudriñan entre otros destinos cercanos como estos.

Una vez que hemos descendido del Col de la Cabra, entrando en el Valle del Drome (por cierto, estaba en obras), Raquel ha buscado una alternativa para no hacer la ruta tradicional por Die y Crest, utilizando una variante que asciende hasta el Col de Pennes, desde donde hemos podido disfrutar de una de las mejores panorámicas de los Vercors.

Col de Pennes en los Vercors.jpg

Al descender al valle del Drome de nuevo, nos hemos encontrado con la sorpresa de un viento muy fuerte del norte (aquí lo llaman mistral, pero es nuestro cierzo de siempre) que nos ha acompañado hasta cruzar el valle del Ródano (Rhon). No es nada excepcional: este viento sopla muy a menudo en los aledaños del Ródano.

Nos acercábamos a recorrer en la etapa del día los 300 kilómetros y estábamos inmersos en las espectaculares carreteras del Parque Natural del Ardeche, cuando hemos pensado que sería buena idea llenar las neveras de comida (se acerca el fin de semana y aquí casi todo está cerrado) y buscar un camping.

Camping en la localidad de Mars, Ardeche.jpg

La jornada ha terminado en la pequeña localidad de Mars, en un camping privado en el que estamos practicante solos.

¿Cómo no nos va a costar irnos de aquí?

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Cornisas de los Vercors.jpg

Etapa del día con final en el Ardeche.jpg

[Chichu]

En estas fechas y comentas que según que zonas ya está casi colapsadas de tráfico... madredelamorhermoso en julio y agosto... en fin seguiremos leyendo...

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Ventilar los sacos de dormir, desmontar la tienda, preparar el desayuno, cargar las motos, consultar los mapas para la etapa del día, buscar gasolinera, llenar la nevera de alimentos frescos... En un par de días desaparecerá esta rutina y regresaremos a lo cotidiano, y la cabeza volverá a ponerse en funcionamiento para organizar un próximo viaje.

Llevamos más de veinte días comiendo en un bol de silicona plegable, con un tenedor y una cuchara plegables, nos vestimos con el mismo pantalón y la misma chaqueta cada mañana, una botella de aluminio nos lleva sirviendo estás tres semanas para transportar el agua fresca, un bañador, dos camisetas, un par de calcetines... Todo lo que necesitamos para vivir está guardado en las maletas de la moto, cada cosa del equipaje tiene un uso muy concreto y lo que no hemos utilizado en este viaje, se borra de la lista y no volveremos a llevarlo en las siguientes ocasiones.

Y la pregunta es ¿Para qué demonios sirven los cientos de cosas que guardamos en los armarios de casa?

Esta asimilación es deliberadamente surrealista: estamos atrapados dentro de una máquina de engranajes que no paran de girar y no es factible salir de este movimiento continuo. Pero un viaje, llevando con nosotros lo esencial para vivir, nos abre una perspectiva hacia el reconocimiento de esa humildad que parece haberse perdido en este siglo XXI, plagado de egos, postureos y superficialidades. Aunque, asumiendo el "mea culpa", no es muy aleccionador evangelizar sobre la sobriedad viajando con una moto que cuesta más de 10.000 euros, con todo tipo de adelantos tecnológicos para estar comunicado y con una VISA lo suficientemente cargada como para solucionar cualquier problema que surja durante esta aventura... si es que conducir una moto disfrutando como un niño por esas carreteras del mundo se pueda considerar una aventura.

Eso es lo que pasa cuando te alejas durante tantos días de tu zona de confort: que te invade la filosofía barata, jejeje... Así que vamos a lo rutinario.

Ha amanecido un día muy fresco. A 1200 metros de altura, en el Parque Natural del Ardeche, la temperatura a las 7 de la mañana era de 12°. Leyendo las noticias sobre la ola de calor que atraviesa España me sentía un ser privilegiado.

Los bosques de la región del Alto Loira_edit_124645374814116.jpg

Hemos recogido en poco más de una hora y a las 9 de la mañana ya estábamos circulando por las colinas de este parque natural. Enseguida hemos cambiado a la región del Alto Loira, en dirección al Parque de los Volcanes de Auvernia, aunque solo hemos tocado de refilón le Puy en Velay, dejando los otros "puys" (colinas afiladas correspondientes a conos volcánicos) al noreste de nuestra ruta.

Hoy no hacía apenas viento y, durante los primeros 200 kilómetros, la temperatura no ha subido de 24 grados pero, al cambiar radicalmente el escenario de la etapa y descender hasta el valle del río Lot, el termómetro se ha disparado y en ningún momento ha bajado de los 30°.

Alba, uno de los pueblos del valle del Lot.jpg

Si los primeros 200 kilómetros han discurrido entre lomas y collados, el resto de la jornada, unos 120 kilómetros más, han dibujado los meandros del caprichoso río Lot, atravesando en diagonal la región de Occitania (Lozere, Aveyron...), una de las menos pobladas de Francia (86 habitantes por km2, frente a los 106 de la media nacional). Las carreteras son un auténtico lujo, el tráfico muy reducido y los paisajes son como de novela: casi se nos había olvidado que en varias ocasiones el termómetro de las motos ha pasado de los 35°.

Sobre las 4 de la tarde, con más de 300 kilómetros recorridos por carreteras olvidadas y sudorosos, hemos visto anunciado un camping con piscina en la localidad de Larnagol, desde donde os estoy escribiendo esta crónica.

Camping en Larnagol.jpg

Parte de guerra
Llevamos ya recorridos unos 6.000 kilómetros y, aunque las motos salieron totalmente revisadas de Madrid, en un viaje tan largo es muy difícil que no surjan algunos problemas.

Aunque las dos motos funcionan perfectamente, la rueda trasera de la VStrom 800 (Pirelli Scorpion STR) está en las últimas y no se si llegará hasta Madrid o me tocará cambiarla en ruta, sobre todo porque el asfalto está muy caliente y en estas condiciones la goma se degrada con rapidez.

La KTM 890 de Raquel tendría que haber pasado un mantenimiento de suspensiones hace algunos miles de kilómetros, pero fuimos demasiado optimistas y preferimos dejarlo para cuando regresáramos de este viaje. El retén de la barrera derecha de la horquilla lleva varios días tirando aceite: le pasé el plástico para limpiarlo, pero no ha funcionado... Lleva más de 50.000 km sin cambiar el aceite de la horquilla y los retenes y estas son las consecuencias. Pero nada que nos impida seguir disfrutando del viaje.

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Etapa del día con final en el Valle del Lot.jpg

La horquilla de la KTM, con 70.000 km, necesitas algo de cariño.jpg

[RichiV]

Interesantes reflexiones sobre lo material y el consumismo, que también me viene a la cabeza cuando recuerdo que vine a España con una maleta y una mochila.
No os preocupéis por el rezume, limpiarlo cada vez que paréis y a seguir disfrutando.
Seguimos atentos al viaje.

[pabloski]

Aunque la temperatura que había en el camping cuando llegamos era bastante alta, al caer el sol, se levantó una ligera brisa y al anochecer necesitamos abrigarnos para dormir de manera confortable. El silencio en el lugar que elegimos era sepulcral y hemos descansado muy bien.

Desde las cercanías de Cahors, Raquel configuró una ruta para atravesar la campiña francesa evitando pasar por ciudades grandes, de manera que Toulouse, Auch o Lannemezan han quedado al margen de nuestro itinerario.

Bosque occitano.jpg

Pasado el medio día el calor ya era molesto. Como teníamos pocos kilómetros que hacer (menos de 300) no hemos dudado en parar para refrescarnos, echar gasolina, comprar comida y, ya tocaba, dar un manguerazo a las motos.

Atrás quedaban los tupidos bosques de coníferas del Ardeche y Aveyron, la llanura que recorre el sur de Francia de este a oeste lo invade todo pero, para nuestro consuelo, ya empezábamos a ver las cumbres de los Pirineos sobre el horizonte.

Los Pirineos ya se veían al fondo.jpg

Al llegar a Luz Ardiden hemos parado en un bar para descansar y beber algo fresco. Al valorar si ascender a Bielsa y dormir en España o quedarnos esta noche por aquí, se nos ha ocurrido consultar la información meteorológica y, al ver la diferencia de temperatura entre ambos destinos, hemos buscado camping rápidamente: tarea fácil, ya que en esta zona del Pirineo hay muchísima oferta.

Mañana pasaremos a España a primera hora de la mañana, hemos quedado con unos amigos en Aínsa para desayunar, por lo que intentaremos madrugar bastante. Pero no nos apetece nada hacer el viaje del tirón hasta Madrid, por lo que ya veremos dónde pasamos mañana la última noche del viaje.

Camping de Luz Ardiden.jpg

Hoy hemos visto las primeras matrículas españolas en las carreteras del Pirineo francés, todas de coches. El los Apeninos hemos visto viajeros holandeses, alemanes, británicos, checos... lo mismo que en los Dolomitas. Pero ningún español. Imaginamos que con la llegada de las vacaciones muchos moteros españoles surcarán las carreteras había destinos europeos, pero nos ha sorprendido bastante esta circunstancia.

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Etapa del día con final en Luz Ardiden.jpg

No se puede abandonar Francia sin tomar una ración de frites.jpg

[Chichu]

[stormbringer]

Luz Ardiden ... que gran final de etapa !!.

[pabloski]

En la recta final de un viaje surgen sentimientos encontrados: por un lado tienes ganas de regresar para retomar aquellas cosas más gratificantes de la vida cotidiana, pero por otro te has acomodado tanto al viaje y a esa especie de subsistencia errante que temes perder de golpe el soplo de aire fresco que te ha regalado la aventura.

Como habíamos quedado para desayunar en Aínsa hemos madrugado y a las 7:45 ya estábamos ascendiendo hacia la localidad de Aragnouet, paralelos al río Neste, bien abrigados, porque el termómetro no subía de 14°... cuánto íbamos a recordar esa temperatura a lo largo del día.

Ultimos kilómetros por el Pirineo francés.jpg

Después de pasar un buen rato con nuestros amigos hemos continuado camino hacia Zaragoza, pero atravesando los Monegros por Sariñena, Alcubierre (parada "técnica" para hidratarnos) y Leciñena, tras lo que nos hemos permitido la licencia de coger unos kilómetros de la Autovía Mudéjar hasta Cariñena. Era la hora estelar de la canícula y al llegar a Daroca hemos tenido que parar para refrescarnos un rato y tomar algo de comer.

Al ponernos en marcha, el termómetro de la moto marcaba 44 grados: menos mal que nos hemos parado en la Fuente de los 20 caños y hemos mojado la ropa de la moto (aunque suene chapucero es eficaz).

En Daroca 44 grados ha marcado el termómetro.jpg

La temperatura media de las dos últimas horas de moto ha sido de 33°, aunque, debido a la baja humedad del ambiente, era más soportable que los 29° de Francia o Italia. O asumes que hace calor en verano, en invierno frío, que la lluvia te moja y que el viento es incómodo... o no montas nunca en moto: el día perfecto sucede en muy pocas ocasiones.

Ya hemos rematado la última noche de viaje en varias ocasiones en la localidad turolense de Tornos. Aquí conocemos un hostal, de los de toda las vida, donde se come bien, la gente es amable y el pueblo es de los más tranquilos que conocemos. Mañana afrontaremos la recta final: con una sonrisa, disfrutando de los mejores recuerdos y con unas motos que nos hacen vivir momentos inolvidables.

Terminamos la etapa en el pueblo de Tornos.jpg

El recuento
-Nos ha sobrado ropa de repuesto. Como consecuencia del calor y del buen tiempo solo hemos utilizado la ropa de la moto y un juego de pantalón y camisetas cortas. Lo lavábamos casi a diario.

-Hemos retrasado la hora de hacer la compra de comida fresca al límite de llegar al alojamiento: gracias a la bolsa nevera se ha mantenido a buena temperatura hasta la hora de la cena.

-Nos fallan las almohadas hinchables. Les pusimos una funda de tela, pero se deslizan sobre las colchonetas: todas las noches pasamos un buen rato leyendo dentro de la tienda y es importante conseguir una postura cómoda.

-Es un acierto llevar varios ladrones de electricidad y clavijas con cable para poder enchufar los cargadores en los racks de los camping.

-Hemos utilizado OsmAnd y Maps.Me como navegadores. Para carreteras complicadas el primero es el mejor, aunque no es sencillo de manejar, y para callejear por lugares complicados y tener mucha información en torno a la ruta (gasolineras, radares, supermercados...) Maps.Me es el mejor.

-Grabamos todas las rutas con un reloj de actividad deportiva de muñeca: así liberados el software de GPS de los teléfonos para que vayan más fluidos. Luego lo podemos descargar en formato GPX.

-En este viaje no hemos utilizado Booking ni una sola vez: conseguimos toda la información de alojamientos utilizando los comodines de Google Maps (dormir-cerca, camping-en...) y... preguntando a la gente.

-Llevamos media docena de paños de micro fibra. Los hemos utilizado todos. Antes de salir por las mañanas, los lavamos bien y se secan sujetos, con unas cintas elásticas, a las tapas de las maletas.

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Etapa del día con final en Tornos, Teruel.jpg

Salida del túnel de Bielsa, llegamos a España.jpg