Pensando lo de siempre: playa o montaña, el viernes, y con el criterio de la moneda, decidimos que montaña, y el dedo en el mapa decidió que a Benasque.
Hala pues, como decimos por aquí, vamos p'allá.
Antes de salir de la ciudad (Zaragoza), la Gsita nos dio un susto: se paró de repente, y no quería arrancar (estoy convencido que alguna quería dejarla aparcada y subir en la V). Al final, tocando por ahí, arrancó, creo que era algún atasco en la entrada de la gasolina, ya no ha dado más problemas en todo el fin de semana.
Así estaban las cunetas del sur de Huesca. Son amapolas.

La GS500 en acción

Relax de media tarde, tras haber aparcado.

En la mañana del domingo salimos a dar una vuelta sólo con la moto grande, ya que hay tramos que dejan de ser carretera. A pasear hasta el fondo del valle (llanos del Hospital y más allá), al balneario, y finalmente subimos a Cerler.
En el balneario de Benasque.

Un bichito curioso que se dejó fotografíar

En los llanos del Hospital

Tras el lluvioso mes de abril, están todas las fuentes, cascadas y demás, que da gusto verlas. Hasta en la carretera se meten.

En la estación de esquí de Cerler

Después, de vuelta a Benasque, un aperitivo, y a comenzar el regreso poco a poco.
Le robo la GS, pero no dejo de mirar la mía

Ahora ella me devuelve la jugada, pero no sé, no sé.

Vista de río Cinca serpenteando por su valle hacia el sur, tras la unión del río Esera, poco aguas abajo del embalse de El Grado.

Resumen: fin de semana de relax, de no muchos kilómetros (500 en total). A ver si nos quita el mono hasta la trikomando, que ya está aquí...