Hace mucho que no paso por aquí, por lo menos desde la época de la antigua página. Mucho jaleo, y unos meses sin moto desde que vendí mi DL650 hasta que encontré una Dl1000 que se ajustaba a mi presupuesto.
Ahora, más feliz que unas Pascuas desde que la mil duerme en el garaje. Hasta ayer por la noche: toda la tarde trapito aquí, limpiando la cadena por allá...vamos, mimándola un poquito porque hoy teníamos planificada una ruta por Goiz, en Portugal. Si alguien conoce esa carretera, entenderá la ilusión que tenía: ciento y pico de kilómetros de carretera de montaña, curva contra curva, y un paisaje precioso.
Y digo tenía porque anoche, cuando bajé a angrasar la cadena, arranco la moto y... se pone a toser! El ralentí inestable, y yo mosqueado. Tan inestable que se paraba a veces. Y de repente ¡pum!, una pequeña explosion y se para. La vuelvo a arrancar y sonaba como un vespino antiguo a escape libre de 1000 cc.
Y el escalofrío por la espalda! Casi toda la noche sin pegar ojo, y la llamada compugida a las 8:50... "iros sin mi, que la moto se me ha averiado".
Pero gracias a que recordé el tema del que se había hablado aquí varias veces: los síntomas eran iguales (ralentí, explosiones, soplidos...). Como no podía dormir más, cogí las herramientas y al garaje. A revisar los dichosos manguitos de admisión. Nunca había desmontado el depósito, así que obligada lectura al manual de servicio, y al ataque.
Cuando saqué el depósito, me encontré esto:




Nada... por un lado


Agradeceros a todos por la gran base de datos que hay construída en este foro, a base de experiencias, alegrías y disgustos de todos vosotros. La verdad, no tenéis precio!

Un abrazo a todos, y nos veremos más a menudo!