Os cuento todo esto para poneros en situación nos íbamos a Marruecos con una pareja que no conocíamos, solo se conocían ellos (los hombres) y de un rato en el ámbito laboral, nuestros viajeros llegaron a Ceuta el martes y nos fuimos a cenar, de los primeros cinco minutos nos sobraron cuatro para saber que lo pasaríamos genial, no había ninguna duda, eran moteros y aventureros, gracias Juanjo, gracias Mayte han sido solo cinco días pero suficiente para saber donde estáis y donde estamos, esto habrá que repetirlo en Marruecos o donde sea siempre será un placer viajar con vosotros

Estos son Juanjo y Mayte

Bueno se me olvidaba decir que Juanjo y Mayte traían un acompañante que ha disfrutado de este viaje como el que más, nuestro amigo “el Bananas” así lo bauticé nada más verlo, simpatiquísimo “el Bananas”



El miércoles a media mañana pasamos la frontera y nos dirigimos a Ifrane por la carretera de Cheafchaouen es una nacional que te lleva hasta Moulay Driss donde se encuentran las ruinas de Volúbilis aunque no entramos porque queríamos llegar de día a nuestro destino si que pudimos fotografiar desde la carretera dichas ruinas.


Llegamos a Ifrane al atardecer con tiempo para cambiarnos y dar una vuelta por el pueblo, y como no enseñarles el famoso león de Ifrane



Unas compritas...



Por la mañana nos pusimos rumbo a Erfoud no sin antes enseñarles a nuestros amig@s los bosques de cedro y los monos que por allí habitan



Por el medio Atlas íbamos acordándonos de toofast y la tormenta de nieve de las navidades, ahora estaba todo más seco aunque aún quedaban charcos de aquella tormenta, que recuerdos...



También paramos en este mirador al que le tenemos un especial cariño y como podréis comprobar a sus pies viven familias nómadas.


El túnel del legionario francés, paso obligado para llegar a Erfoud...

Una paradita para estirar las piernas y echar un cigarrillo…

Y llegamos a Erfoud, lo primero que hicimos fue llevar a nuestros amig@s a comprar unos pañuelos para así estar más acorde con la zona y su ambiente


Algún picoteo por las tiendas y derechitos para el hotel ha cambiarnos y tomar dirección a rissani para así adentrarnos en las dunas




Llegamos a Merzouga donde pasamos la tarde...


...Nos encontramos con Omar haciendo sus pinitos con una moto





De vuelta a Erfoud donde pasamos a ver como pulen los fósiles no se que adjetivo usar para esto, como podéis comprobar es tercermundista, cuando ves esto ya no regateas ni un céntimo, es triste e inhumano ver tragar polvo de esa manera a esos hombres para luego vender a precios de risa, de verdad que si.


El viernes por la mañana dejamos Erfoud, aunque antes de marchar se le dio un agua a las monturas para quitarles la arena ....

Por el camino nos encontramos con rebaños de camellos ...

Pozos subterráneos...

Y llegamos al Todra, donde nos aguardaba una tormenta, nunca antes nos había llovido en la garganta, ahora tocaba prepararse para la lluvia y seguir camino hasta Ait Ben Haddu



El “Bananas también se mojó...


Una parada en El-Kelaa M’gouna ...

Otra para tomar un té...

Seguía lloviendo pero había que seguir, la carretera llena de charcos pero nada que nos parase hasta llegar a Ouazarzate donde comimos, esta ciudad es famosa por estar en la ruta de las mil kasbah pero también en ella se encuentran los escenarios de grandes películas ...


…Películas como tras el corazón verde, Cleopatra, Asterix y Obelix y un largo etcétera


Llegamos a Ait ben Haddu por la tarde justo a tiempo de coger un burro para cruzar el río e ir a ver la kasbah, está Kasbah también ha servido de escenario a numerosas películas, está declarada patrimonio de la humanidad.
Cuando estas frente a ella antes de cruzar el río tenemos la sensación de viajar en el tiempo, es un lugar de obligada visita que no debe perderse nadie, nosotros ya hemos perdido la cuenta de cuantas veces hemos ido y sigue siendo uno de nuestros sitios preferidos, aquí dejo algunas fotos para que comprobéis lo que os digo.










La mañana del sábado amaneció un esplendido día, dejamos Ait Ben Haddu dirección Marrakech, 190 kilómetros de curvas en el collado del Tizin Tichka donde nos encontramos todo esto...










La llegada a Marrakech caótica como siempre, ese ir y venir de coches, motos, carros, bicis...






Marrakech por el día también tiene su encanto, solo estuvimos un rato el tiempo de enseñarles algo a estos amigos y seguir dirección Essaouira, paramos a picar algo...

La llegada a la ciudad costera, aunque tengo que decir que nosotros no somos muy amigos de la costa marroquí nos gusta más el interior pero teníamos trece razones para pasar la noche allí, nada más llegar tras una duchita y cambiarnos de ropa nos fuimos a dar un paseo





Essaouira aparte de ser conocida por su puerto pesquero también es una ciudad que vive de la madera hay verdaderas maravillas talladas en madera estuvimos en varias tiendas y compramos algún recuerdo





Entenderéis que no ponga más fotos de Essaouira, cuando vuelvan nuestros amig@s de su gran aventura seguro que nos la enseñan de punta a punta, así que esperaremos para seguir viendo cada rincón de esta magnífica ciudad

Y por fin llegaron las trece razones …
....llegaron rotos, les había llovido por el camino pero a pesar de todo llegaron contentos e ilusionados, ver sus caras y escuchar sus relatos fue emocionante, una duchita rápida y a cenar








Llegamos al final del viaje y también de esta crónica, espero que os haya acercado un poquito más al país vecino y que os haya gustado, siempre digo que no hay dos viajes iguales a Marruecos y ahora lo vuelvo a decir, nunca había visto el Todra mojado, ese olor a tierra mojada lo recordaré mientras viva, nunca había atravesado el Alto Atlas en moto, er-Baba si

... es indescriptible, los que lo habéis hecho sabréis de que os hablo, y los que no...
....debéis hacerlo para sentir todas esas cosas que yo no se definir, un beso para tod@s y hasta la próxima
