Los protagosnistas fuerón:
Julio Ferrer (Suzuki DL1000), Paco (BMW GS 1200), Manolo (BMW GS 1200), Pito y su hijo Jose Luis (BMW GS 1200 Adventure), Morgan(BMW GS 1200), Jose (Aprilia 650), Jorge (Yamaha Ténere), Cristobal (Suzuki GSR) y yo mismamente (Suzuki DL650). Total nueve motos.
Llevábamos algún tiempo con ganas de bajar al desierto, ya desde el viaje a Midelt nos planteamos buscar fechas para tal aventura. La primera fecha que se barajo fue en Semana Santa, pero como sabemos en esas fechas Marruecos se llena de gente y los precios por regla general suelen subir. Así que tras una pequeña reunión en una cafetería tomamos la determinación que el viaje seria del 4 al 7 de Marzo.
Se decidió que nada de reservas puesto que no tendríamos ruta definida, lo único que teníamos claro es que queríamos llegar al desierto, así que decidiríamos por el camino en función del cansancio o la climatología, y menos mal que lo hicimos así.
Etapa 1: Ceuta - Tetuán - Chefchaouen - Ouazzane - Meknès - Azrou - Timahdte - Zeïda – Midelt / 498Kms.
La mañana se levanto con un poco de lluvia lo cual me hizo pensar que alguno no aparecería.
Quedamos a las 8:00 de la mañana en la rotonda que hay en la frontera y allí fuimos apareciendo uno tras otro hasta completar las nueve motos que realizaríamos el viaje.
No tardamos mucho en cruzar puesto que todos ya teníamos la famosa “hoja verde” que te exigen para pasar con la moto y al ser todos residentes en Ceuta nos ahorrábamos papeleo en dicha frontera.

Desde la entrada en Marruecos hasta la llegada a Tetuán, pillamos algo de lluvia débil.

Paramos en Tetuán a desayunar, no hay nada como un buen desayuno para comenzar un largo viaje.

Observar las nubes que había, aunque no nos pillo más agua en todo el viaje de ida.


Decidiendo el camino a elegir.


En camino.




Paramos a comer en Meknes, buscábamos algo autóctono del lugar, a pesar de la apariencia la comida estaba buenísima.


Una paradita para estirar las piernas.

Posando en el bosque de los Cedros.

No me acuerdo donde estaba este pantano pero se puede comprobar que había nieve cerca.

La nieve estuvo presente en la lejania gran parte del viaje.

Una paradita para la merienda.



Ya en el Hotel (Kasbah Asmaa) una cenita buena a base de sopa y Tallin de pollo. En mi anterior viaje a Midelt ya dormí aquí y la verdad es que es bastante recomendable.

Por la noche a dormir que había que reponer fuerzas.
CONTINUARA.....