Intercambio algunos privados con el “desorganizador” del cotarro y con el amigo Jesús, Ubestrong para que animen a Pedro; parece que al final si que iremos a Pantanos. El empujoncito final nos lo da nuestro JaumeN del Foro, que nos confirma que también estará en Pantanos junto con mí compañera de fatigas en Ribadesella, Sole y Pedro, Grandote.
Así que pagamos nuestra inscripción y a esperar que llegue el día. Además, esta vez sería un Pantanos sin lluvia y eso se agradece después de que las últimas salidas que habíamos tenido, bien a la ida o bien a la vuelta, terminábamos en remojo como garbanzos.
Estamos listos para salir.

A las 15:30 del viernes 4 de febrero estábamos preparados para salir, peeeero... la V no arranca, se había quedado sin batería.


Lo intentamos nuevamente pero la moto dice que no. En fin… menos mal que la solución estaba al lado de casa, sí, en la casa del vecino. Tachan¡¡¡

Puff, que alivio. Perico, por tu madre que no se te pare la moto¡¡¡¡
Nos despedimos de la peque y con media hora de retraso ponemos rumbo a Plasencia.
Del viaje de ida hay poco que contar; no tengo fotos. kilómetros y kilómetros aburridos por La Mancha, solo alguna curva en el paso por Despeñaperros y poco más. Hay que recorrer el máximo de kilómetros antes de que la noche se eche y con ella el frío.

Para las 18:30 ya estábamos en Toledo. A nuestra izquierda dejábamos el Alcázar y buscábamos la carretera dirección Talavera de la Reina. En la localidad de Rielves, paramos a repostar, estirar las piernas y ponernos algo más de abrigo. El sol empieza a perderse por el horizonte y la temperatura empieza a descender de manera brusca; salimos de casa con 17º y el termómetro marca 6º. Así que todo apunta a que el resto de kilómetros iban a ser muy fresquitos. Tanto que los últimos 40-50km fueron terribles. Al cansancio acumulado del todo el día (yo había trabajado por la mañana) se sumaba el de los kilómetros recorridos y la puntilla la ponía el frío. Pero como dice el refrán “sarna con gusto no pica”


En cuanto llegamos al hotel nos recibieron Sole y Lucía.

Bonito detalle la Orla con todos los asistentes

Ahora toca coger la llave de la habitación, soltar todo el equipaje, y ponernos cómodos para ir a saludar a más gente.
Os voy a contar algo muy gracioso:
Estoy esperando en el mostrador de recepción cuando Jurdano me saluda.
Jurdano: Tu eres Achy, verdad?
Achy: Si, soy yo, encantada. Me giro y le digo a Pedro que lo tengo detrás: Pedro este es Jurdano.
Pedro: Ah. Vale¡¡¡ yo soy Pedro (solo le faltó decir: … y de Linares)
Más tarde en la habitación me dice: El chico de recepción qué es Jordano (de Jordania)?. Porque claro, vas y me dices: Pedro, que este es Jordano, y digo, pues vale, y yo soy Pedro y me faltó decir y de Linares. Al principio no me había dado cuenta, pero cuando “caigo” pensé morirme de la risa. Había entendido que nuestro cheff particular era de Jordania.
Después del frío que habíamos pasado, decidimos quedarnos a cenar en el hotel. No fuimos los únicos que nos decantamos por esa opción.
Al pirata hay que dejarlo tuerto

Encima de tuerto, bizco. Desde luego Curro¡¡¡

Un pirata con Chapela

No tardamos mucho en irnos a dormir, había que descansar que al día siguiente la cosa prometía. Por la mañana y una vez que repusimos fuerzas, todos a las motos que nos vamos de ruta.
La primera parada fue en la ciudad romana de Cáparra.
La ciudad romana de Cáparra se sitúa en el norte de la provincia de Cáceres, en los márgenes del valle del Ambroz, ocupando los términos municipales de Oliva de Plasencia y Guijo de Granadilla. Se accede a ella a través de la N-630, en el cruce situado frente a Villar de Plasencia, tomando dirección oeste hacia el pantano de Gabriel y Galán
Restos de los yacimientos

Un buen amigo. Jesús

El yacimiento cuenta con un itinerario con paneles informativos que explican los elementos más significativos de la ciudad entre los que destaca el conocido arco tetrápilo (cuatro puertas)

Detalle del arco:

Dos monumentos más:

Dº Paco, mas conocido como Er Baba, se lo pensó mejor y mientras los demás veíamos muchas “piedrecitas” el esperaba sentadito al sol.
Con todo mi cariño:

Intenté hacer una foto del grupo de asistentes, más o menos esto es lo que salió:

Todas bien aparcaditas

Bueno, pues otra vez a las motos que seguimos de ruta. Esta vez visitaríamos el pueblo abandonado de Granadilla.


Escaleras de caracol para subir a lo alto del torreón


El torreón que en realidad es un cubo al que se le han adosado torres semicilíndricas y subiendo por sus escaleras de caracol vemos las diferentes estancias utilizadas por la guarnición hasta que llegamos al piso superior; desde el se contempla el pueblo en su totalidad rodeado de un mar de agua.
Vistas desde el torreón:



En el interior del Torreón:


En el año 1.965 se construyo el embalse de Gabriel y Galán, inundándose las tierras de labranza de este municipio, y la mayor parte del término; convirtiéndose el pueblo en una península, por lo que los habitantes tuvieron que realojarse en poblaciones cercanas.


Hola chicos

La villa que fue declarada en 1.980 Conjunto Histórico Artístico.
Se me hizo muy corta la visita. Me hubiera gustado pasar más tiempo aquí, había muchas cosas para fotografiar y al mismo tiempo poder practicar con mi nueva cámara.
De camino a las motos, me encuentro de frente con este insecto. Además de tuerto, es feo de narices

De nuevo a las motos con dirección hacia Aldeanueva del Camino, donde teníamos prevista la comida.
El tiempo pasó de manera distendida, hablando de proyectos y disfrutando de buena compañía.

Mira que eres grande, casi que no vemos a Manu.

Os tengo dicho que le echéis gaseosa al vino.

Una vez acabada la comida las motos nos esperan para llevarnos de vuelta al hotel. Una vez allí, decidimos que nos vamos a visitar Plasencia, así que dicho y hecho. Dejamos las motos al lado de unas de las catedrales y desde allí paseando visitamos lo que nos dio tiempo.


Escuela de Bellas Artes

Un abrazo amigo.

Un peculiar tendedero.

Gracias por aguantarme chicos.

Mi motofeber.


Fachada del Parador Nacional. Nos gustó mucho, así que sería un buen sitio para alojarse en una nueva visita por tierras extremeñas.

Interior del Parador

Tú si quieres sigue haciendo fotos que yo no ando más.
Descansando en la Plaza del Ayuntamiento

Mientras… “caía” alguna fotos más.
El abuelo Mayorga. Torre del reloj (Plaza del Ayuntamiento)

Un poquito más cerca:

Ellos descansando, yo seguía a lo mío:

De vuelta al hotel. Una ducha y nos vamos a cenar.
Hubo un momento como diría Boris Izaguirre, que podríamos llamar "momento bandolero". Ese momento fue cuando sirvieron los platos con Torta del Casar al Pimentón de la Vera. Muchos de nosotros terminamos con la servilleta puesta en la boca y en la nariz como si de bandoleros fuera la cosa. Amén de que algún que otr@ terminó en la puerta del hotel porque se volvía del revés. Verdad Mariano?
Después de la cena, la fiesta seguía pero nosotros nos fuimos a dormir, al día siguiente tocaba la vuelta a casa y había que descansar lo máximo posible. Decidimos realizar la vuelta por la comarca de la Vera.

No hay nada como una buena carretera, tu moto y amigos para disfrutar de la ruta. Busco en el recuerdo y encuentro satisfacción. Cómo disfrute de esos kilómetros¡¡; tanto que ni siquiera me acordé de hacer fotos. Sólo en una pequeña parada que hicimos para concretar dónde pararíamos a tomar algo.

Y llegó el momento en que nos despedimos de nuestros amigos, no sin antes prometernos que intentaríamos volver a coincidir en cuanto nos fuera posible.

Esto llega a su fin, pero no me entristece, porque solo será un paréntesis hasta la próxima vez, ya que volveré a disfrutar de cada instante que me brinda rutear en moto con mi marido.
Nos vemos pronto.
