Nos levantamos relativamente pronto, para ser el día que es. Hace sol.
Fuimos a nuestros compromisos familiares ya con la moto y cordura puestas, así que en cuanto nos pudimos librar del tremendo tostón que estos rollos suponen, arrancamos sin rumbo fijo.
Sobre la marcha, decidimos ir a Boñar, a papearnos unas mollejas, cecina, callos...
Aunque el sol brillaba, hacía un frio que pela :helado: nada extraño teniendo en cuenta la fecha en la que estamos.
Antes de llegar a Pola de Lena, en algunos sitios donde no había dado el sol aún, se veía la escarcha en los prados y el asfalto. Más frío aún y cuidadín con la carretera.
Pasamos Campomanes y la cosa se complica. El frio, aunque aprieta, se aguanta, que somos duros como rocas, pero el suelo se ve demasiado blanco, sospechosamente blanco.
Tras usas varias veces el formidable "Sistema Fey Para el Control del Grip", en una de las zonas blancas noto con mucha congoja que estamos circulando sobre una pista de patinaje.
Con las nalgas bien prietas y mucho cuidadín atravesamos la zona. Un rato más adelante encontramos lo mismo.
Pensé en cómo estaría en algunos puntos más altos de Pajares y San Isidro, por donde teníamos pensado volver ya de noche... y como que

Como salimos a disfrutar y no a jugarnos el pellejo, decido cambiar de planes y quedarnos más cerca, a disfrutar de las magníficas posibilidades moteras que las trail nos brindan.
Así que a conocer pueblos lenenses...
Nos metemos por un desvío que siempre tuve ganas de tomar, a ver qué nos aguarda.
Noa aguarda más hielo.
El pueblo, una pasada, pero la prudencia recomendaba no seguir más arriba. Una lástima. Habrá que volver en la primavera.
Algunas vistas del pueblo

Y de cómo estaba el puente


En la foto no se aprecia bien, pero la escarcha cubría las hojas que estaban por el asfalto. Por algunas zonas la escarcha ya era puro hielo.
Damos una vuelta por la zona para disfrutar un poco de las vistas y del fresco. No se ve ni al tato. Estarán todos en casa tomando champán, mazapanes y polvorones. Hay que ser muermos.

Esto es ya hielo de varios cm de espesor. No mola :miedo:

Aquí Eva

El entorno por el que nos movimos era tal que así

Según nos vamos moviendo, ampieza a dar el sol y hacemos una paradilla para desentumecernos un poco. Como se agradece.


En un tramo de la carretera, estrecha pero con un firme excepcional, pudimos encontrar al abuelo de todos los guardarrailes. Seguro que en su época no eran dañinos. Es una lástima que no hayan evolucionado. Lo único que han hecho es poner cuchillas...

Seguimos bajando hasta llegar a Pola de Lena, donde repostamos.
Seguimos rodando por la carretera vieja y viendo pueblos y paisajes.
Así llegamos hasta Mieres, donde tomamos el desvío hacia el puerto del Padrún, como los famosos pimientos, Los que ya lo conocéis, sabéis de sus curvas de órdago. Si alguienno pasó por allí aún, se lo recomiendo.
Teníamos la nieve enfrente.

Desde donde saqué esta foto, se ve a lo lejos un cortado en la montaña que desde hace años me llama la atención, y creo que hay un pueblo en medio de él. Otro sitio pendiente para investigar.
Como no era plan de ir parando cada poco, no tengo muchas fotos de los paisajes de hoy, pero de pasón. Somo unos privilegiados, viviendo en Asturias... y a veces hay peña que no lo sabe aprovechar.
Pasamos por un pueblo que era una pasada, me arrepiento de no haber parado a hacer fotos: casas rehabilitadas con un colorido excepcional, y otras vetustas y rancias con todo su sabor minero de los años 40.
Un poco más allá, está una entrada que dejo para otro día: una desafiante pista de tierra asciende hacia lo alto atravesando un bosquete: habrá que probar suerte...
Ya en la bajada hacia Olloniego, atravesamos un pueblo cuyo nombre me hace mucha gracia: Alcantarillón. ¿Por qué lo llamarán así? Menudos fedores debe haber juas juas.
Al llegar a Olloniego, no se podía pasar sin una visita al Palacio, con su torre y puente Medieval.



También aquí estaba helado por donde no había dado el sol. Y mucho. El tramo de pista qiue por allí discurre estaba helado por muchos tramos.
Supongo que a muchos de vosotros os llamará mucho la atención ver este puente en medio de una vega. ¿Y el río?
Pues unos 300 m más al oeste. A resultas de un potente terremoto sufrido en la comarca allá en el medievo, se alteró el curso del rio. Lo que me extraña es que cómo pudo sobrevivir el puente al seísmo. Los de ahora no trabajamos tan bien como los de antes, y eso que apenas tenían medios. Somos unos mataos.


Para llegar al puente, había unos charcos helados que estuve apunto de atravesar con la moto, para romper el hielo y hacer el macarra como tanto me gusta.
Menos mal que no lo llegué a hacer, hubiese rito los dientes en vez del hirlo. Había tal grosor que nos soportaba nuestro peso. Glups...

Aquí una muestra de cómo se las gastaban los antiguos canteros

Después de esta última visita, nos fuimos acercando cada vez más a casa. Seguíamos encontrando hielo en la carretera, sobre todo cuando te tocaba cruzar un puente por donde no había dado el sol. Un peligro.
Y así, rodando y rodando, cuando nos queremos dar cuenta, estamos ya en el garaje.
Otro día pa flipar.
Espero que os haya gustao, y hasta la próxima.
Chus.