Me uno al club de usuarios de V-Strom tras la reciente adquisición de una DL650 del 2015.
¿Un motero nace o se hace?
Os contaré mi historia, si queréis leerla.
Me defino como nuevo porque hace algo más de año y medio nunca había conducido una moto, ni scooter siquiera. Siempre me gustaron, pero veía que no era para mi.
Me compré un scooter (Kymco SD 125 del 2017) de segunda mano para ir a trabajar pensando que si no se me daba bien o no me gustaba pues lo vendería y tan contento. Al comprarla me regalaron 4 clases de pista de 1/2h. Parecía que no se me daba mal lo del equilibrio, las marchas y los palitos.
El profesor me anima a sacarme el carnet de moto, aunque no sea en su autoescuela. "Se te da bien. Si te gusta no lo dudes"
El caso es que fui cogiéndole gusto a ir a 2 ruedas y a las sensaciones que te da: aparcar justo en el destino, sentir los olores (buenos y malos), el calorcito, la lluvia (No todo iba a ser bueno, aunque no me molesta mojarme).
Comencé a ver videos en YouTube relacionados con las motos, empezando con los clásicos: Charly, Silvestre, Majes, David Corrales y su circunvalación, Nico RideMe5..., La biblia de las curvas, y algunos otros que me han servido para ir definiendo el estilo que me motiva.
Parece que me va lo marrón.
A los 6 meses ya estaba apuntado a la autoescuela. En un mes o algo más ya tenía el teórico aprobado. Tras 10 clases de pista ya bajaba de 22". Examen de pista aprobado. 4 clases por carretera y ya pedía ir a examen. Tuve que esperar una semana más. Una clase más para no perder el tacto y el día del examen, 17 de Julio, llovía a cantaros. Es Asturias, que le vamos a hacer. Me toca el segundo, por lo que voy en el coche escuchando al examinador y al profesor hablar de sus cosas. Mi compañera de examen lo va haciendo bien. Me toca el turno, el examinador me pide firmar no sé qué mientras me ponía el casco y me pide que me ponga delante del coche. Me dejo el casco a medio atar.
Nada más meter primera y acelerar me doy cuenta, pero no puedo parar. Que sea lo que Dios quiera. La correa del casco va pegando sobre este con la velocidad. "Ya estoy suspendido, pensaba. Lo estará escuchando por el intercomunicador. Bueno pues mala suerte por gilipo... Disfruta del paseo", pensé.
En la primera parada en la que pude soltar una mano me limpie la pantalla de agua y aproveché para meterme la correa dentro del casco. Al menos ya no pegaba golpes.
Se acerca el final y pienso como hacer para que no se dé cuenta de lo de mi casco.
Al entrar en la pista un pequeño acelerón para alejarme un poco del coche. Cuando el examinador sale del coche ya me estaba quitando el casco y apagando la moto. Estas aprobado. "Tiene una falta leve por tardar en quitar los intermitentes".
Uff. "Muy bien, lo tendré en cuenta. Gracias"
No han pasado ni 11 meses de aquello, esperando la oportunidad de comprar mi primera moto, mirando, comparando, calculando. Las que me gustaban estaban fuera de lo que pensaba gastar para mi primera moto. "No tengo prisa", pensaba.
Tras el confinamiento, la semana pasada quedé con un compañero del trabajo, motero, con reciente viaje a Marruecos, para ir a ver una moto. Solo para ver lo que había en el mercado.
Tras ver la moto prevista y varios concesionarios más, de regreso a casa y ya casi a la hora del cierre, llegamos al último concesionario: BMW.
Lo que allí se ve no está ni remotamente a mi alcance.
"Estamos mirando motos tipo trail de segunda mano, tipo V-Strom o que se pueda limitar para el A2", le digo con poca convicción al vendedor.
"Esta mañana me ha entrado una V-Strom, Venid conmigo."
"Las gallinas que entran por las que salen, aunque en este caso seguro que la que sale es mas gorda", fue mi pensamiento.
Llegamos al aparcamiento de las motos y coge la última, la más cercana a la puerta.
Cuando la sacó mi reacción fue: "Hostia que guapa". Mi siguiente pensamiento fue: "A ver lo que pide. Esta está fuera de mi presupuesto"
Después de darme detalles, los pocos que tenía porque la habían dejado por la mañana me dice el precio aproximado, y ¡Oh, la, la! Era menos de lo que pensaba y mas o menos lo que tenía pensado.
Bueno, en realidad no había pensado mucho ya que solo habíamos ido a mirar, pero era mas o menos lo que tenía pensado gastarme si encontraba una oferta buena. Como era última hora y no sabía el precio real quedamos en que me dijese al día siguiente el precio final limitada y transferida.
El final ya lo sabéis, sino no estaríais leyendo todo este rollo.
Ahora estoy aquí, esperando a tener mi moto limitada, pensando si me habré precipitado o no, con una moto nueva, con la duda de si podré con ella o si me tirará en la primera curva, con un scooter por vender.... Y una pareja por calmar.

Por eso vuelvo a preguntar ¿Un motero nace o se hace?
Una última cosa: 53 años tengo.
Nunca es tarde

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