
Desde entonces siempre he tenido moto, aunque ha habido períodos en los que han estado paradas más tiempo del que habría sido deseable por cuestiones laborales sobre todo.
El balance global de estos años es bueno-buenísimo, sin percances dignos de reseñar en carretera abierta, y una pequeña fractura en un codo en una caída en una pista con la 125 que tuve.
Gracias a la moto he conocido gente estupenda como la de este foro, y he disfrutado de grandes jornadas de compañerismo motero. También he conocido lugares bellísimos, sobre todo de Asturias, que es por donde me suelo mover.
Si no es mucho pedir, me gustaría llegar a cumplir por lo menos las Bodas de Oro. Ah, y que vosotros lo veáis, y sigáis compartiendo conmigo esta gran pasión que nos une. Saludos.