No sabia muy bien cuando iba a llegar el sábado a Vitoria, así que cuando me dijeron que el viernes por la tarde no se curraba, llame a Husdin. Le di el parte meteorologico y le pregunte si subíamos juntos.
- Bueno, cuando llegue por allí te llamo
Salgo del curro y corro a casa. Duchita, comida, me lavo los dientes con mucha pastita y agua corriente, preparo los trastos y espero.
Y espero
Y espero un poco mas
Y desespero
Si son casi las cinco y no ha llamado, ¿le habrá pasado algo? ¿pasara de mí? Esto no es normal, venia por autopista y se supone que llevaba ya cuatro horas, ay dios mío que sinvivir. Cuando ya tengo el teléfono en la mano, me llama.
- Estoy a 70 km de Zaragoza, me ha llovido, me ha granizado, hay un viento del copon y me parado a comer.
- Ok, cuando estaras por aquí, ¿en hora y media?
- Menos
- Vale quedamos en la autopista
Me junto con Husdin en un Area de servicio pasado Zaragoza, esta echando un cigarrito, nos damos los saludos, pongo gasofa y el pantalón de agua y a tirar millas, los primeros kilómetros van bien, tomo la delantera, el viento es fuerte pero no varia, poco va a durar eso. Al poco rato comienza a venir racheado y lateral, en ocasiones cuesta mantener la verticalidad y una velocidad alta, en ocasiones hay que tumbar la moto como si estuviéramos de GP y en ocasiones como esta te faltan juramentos para soltar, pero es lo que hay, aquí otra cosa no, pero el aire sobra como para una boda. Al llegar por Calahorra, Husdin me adelanta para entrar en la gasolinera, aprovechamos para estirar un poco las piernas y relajarnos antes del tirón final.
Los kilómetros no pasan monótonos como suele pasar en estas vias, hay que mantener toda la atención sobre el viento para no llevarse algo mas que un susto, alternativamente pasamos de Aragón a Navarra, a Rioja, de nuevo a Navarra, a Castilla y León antes de entrar en el País Vasco; no hay fronteras, pero sutiles cambios en los carteles de señalización, un color o un símbolo, muestran que hay quien las quieren crear mas que se yergan en un distintivo; justo en la salida hacia Vitoria, hay un camión volcado, llegamos al peaje y el que esta allí me comenta que iba un poco rápido. Comienza la laboriosa búsqueda del ticket que no quiere salir del bolsillo, se me resbala una y otra vez y cuando llevo casi dos minutos peleandome con el lo saco hecho un churro, el tipo me mira como diciendo esto no va a entrar en la maquina, mientras una cola mas que respetable se ha formado detrás, pago y espero que pase Husdin.
Me adelanta para que los dos sigamos al Tio Tom, ya se me ha encendido la segunda reserva hace mucho rato cuando entramos en Vitoria, pero como no me he dado cuenta antes no sé cuantos kilómetros llevo con ella, cuando ya han paso unos cuantos me empiezo a intranquilizar, se que la reserva es casi eterna pero no saber cuando ha entrado me empieza a poner nervioso, sobre todo cuando pasamos una gasolinera en la autovía y no puedo avisar a Husdin para que entre.
Vitoria no es la cuidad que recordaba, hace por lo menos 20 ó 25 años que no venia por aquí, ahora las avenidas son amplias de tres carriles separadas por paterres verdes, pero sigo sin ver una gasolinera, hasta que a lo lejos veo una que ilumina la noche y mi espíritu. Aviso al compi y entro a repostar, casi rozando los veinte litros, el Tio Tom nos indica que solo faltan 900 m para llegar, da igual, ya lo llevo lleno para mañana.
Aparcamos y hacemos las llamadas pertinentes, a casa para decir que estamos bien, a Petrolero para que sepa que hemos llegado. Su casa esta apenas a 50 m y en un periquete aparecen él y el cacho de humanidad que es el Pirata, manos, saludos y nos ayudan a pasar las cosas a la pensión que va a ser nuestro corral para las dos próximas y cortas noches. Petrolero nos ofrece un hueco junto a su moto para guardar las nuestras y se va corriendo a currar que ya llega tarde. Pirata ya nos ha preparado algo para la noche y nos vamos a cenar con él y Noemi a un asador a darnos un homenaje, cordero, cochinillo un par de botellas de vino y la conversación se alarga hasta las tantas, reventados ni nos planteamos irnos de copas, a dormir que mañana será otro día.

Foto: Petrolero
Sábado, kedada
Son las ocho y ni siquiera ha sonado el despertador pero ya estoy con un ojo abierto. Al otro lado del pasillo suena el agua de una ducha y como me parece que estamos solos en la pensión deduzco que es Husdin. Me estiro, me duele la cabeza, un poco de resaca nada mas. Cuando bajo a desayunar, ya esta terminando, hemos quedado a las nueve con Petrolero, que a pesar de haber trabajado de noche y dormir bastante menos que nosotros esta bastante mas espabilado. Sandra, su mujer, se ha decidido a venir a pesar que la noche anterior no estaba muy convencida. Salimos de Vitoria siguiendo a Petrolero y creo que somos los últimos en llegar a la gasolinera desde donde se va a salir, hay un buen montón de motos y tras las presentaciones de rigor nos ponemos en marcha, los foranos nos dejamos arropar y que nos lleven de la manita, de momento vamos agurpados y Abel y su Transalp se encargan de cortar el trafico en los cruces. Vamos subiendo y bajando colinas, por un asfalto impecable, para lo que estoy acostumbrado en carreteras de similar categoría y en un momento nos plantamos en el pantano del Sobron, del sobron de agua que hay tienen abiertas dos de las tres compuertas dejando que al agua de una falsa impresión de abundancia, si, hay agua en el Ebro, pero hasta que llegue al mar tiene que saciar muchas bocas y muchos campos, no solo de Aragón, también de otros muchos sitios y aunque esta agua no tiene dueño, no se puede especular con ella para satisfacer complejos pactos políticos de palmaditas en la espalda mientras no se gestione y se aproveche como se debe.




Nos encontramos con los cántabros, alguno desconocido en persona y otros bienvenidos Paco, Jesuca, Dpakt y Luipy que me da una noticia que me deja desmoralizado, una noticia horrorosa, la hecatombe, lo pero que podía pasar, el fin del mundo, el Apocalipsis. No me ha podido traer los dos paquetes de sobaos El Macho que le encargue, a pesar que ha parado en un par de sitios, no estaban abiertos. Los consuelos no me sirven de nada, y si no fuera por la alegría de ver a viejos amigos seguro que me habría echado a llorar, si si, muchos pensareis que soy un moñas, pero quien no ha probado los auténticos sobaos pasiegos, del pais del Pas, y se conforma con los minúsculos sucedáneos que venden en el resto del país, no sabe de lo que hablo. Lo dicho, solo el que me hubiera llamado la Pataky para tirarse rendida a mis pies y me hubiera pillado sin batería podría ponerme más triste…..o a lo mejor no.




Volvemos por el mismo sitio a encontrarnos con los vascos, somos una considerable cantidad de motos por una carretera estrecha y pronto comienzan a hacerse gomas dejando huecos y apelotonándonos en las curvas hasta que adoptamos un ritmo mas o menos fluido para todos. Entramos en la provincia de Burgos y el firme de la carretera de por si bueno, se mejora y amplia, sin duda una de las maneras que tienen las comunidades de darse un tirón de orejas en temas de infraestructuras, mientras subimos el puerto de Orduña. En el punto mas alto, entramos de nuevo en el Pais Vasco, sin previo aviso la carretera comienza a caer por un impresionante farallón, con desniveles de hasta un 10 por ciento, a través de nueve paellas, siete de ellas dignas de un puerto de los Alpes, como le comente a Husdin en la parada un pequeño mini Stelvio, Ahí si que la aglomeración de motos en las curvas es inevitable, por delante llevo una pareja, en ese momento no lo sabia pero era Dreiff, y por detrás una RT y a pesar de intentar dejar un hueco apreciable en las curvas nos comemos terreno uno a otro sin remedio, pienso que ocurriría si a alguien se le cala la moto en plena curva y suplico para que no pase. La atención en la carretera absorbe esos pensamientos y de rebote, el disfrutar de la vista que nos rodea. Al llegar abajo paramos de manera desorganizada en un bar, se ve que toda la atención en el control de nuestra moto se ha quedado en el puerto para un rato.
Allí encontramos a los bilbainos, un puñadito na mas, alguno dicen que ha fallado por miedo al agua, es lo que tiene el cambio climatico. Invadimos el bar, la barra y hacemos lo posible por llenarles la caja registradora, cafés, cervezas, pinchos, minis, refrescos y hasta algún caldito es lo que se ve por la barra, alguno tiene que salir a mover la moto para que puedan salir los coches aparcados. A la salida mientras nos dirigimos al norte, puedo ver por el retrovisor el tremendo desnivel por el que hemos bajado. Giramos por una carretera que corre entre arboles hacia el puerto de la Barrerilla, Miksar nos adelanta a toda velocidad y pienso que alguien se ha cansado del ritmo caracol, una subida, mucho más suave nos saca del valle y en una curva tenemos al adelantador, grabando un vídeo. Arriba ralentizamos la marcha bastante, y nos convertimos en una serpiente de doscientos metros que se estira, se encoge y se arrastra en dirección este. Por delante de mí va L´pirata y Templaria que anda traumatizada por el contraste de su chaleco de alta visibilidad con su chaqueta de color rojo sangre, y la verdad que parece lo que no es por que el chaleco es verde fosforito y no amarillo, pero no le quitamos la idea de la cabeza y la verdad es que hasta la ertzaina que esta atendiendo un accidente cerca de Legutiano parece cuadrarse a su paso, me dedico a atormentarla un poquillo llevándome la mano abierta a la sien en forma de saludo marcial cada vez que me pongo a su lado. Al llegar a Landa, el aperitivo se suspende e Italspur se vuelve para casa, su pequeñin va a dejar de serlo según la ley y claro no se puede faltar al acontecimiento.

Seguimos hacia el parque de Garaio, esta prácticamente vacío, pero se intuye que en verano esos merenderos estarán atestados. A los de secano nos sorprenden estos lugares tan verdes y húmedos, pero personalmente me llama la atención que sea la diputación provincial la que gestione su mantenimiento.
A la salida comienza a chispear con algo de fuerza, cuando llegamos al restaurante se nota por momentos que va a caer una, cosa que hace nada mas ponemos el pie dentro, para alivio de mas de uno.
De la comida que decir, esos langostinos a la plancha que casi no se podían tocar de calientes, una lubina que se deshacía en la boca y un solomillo hecho al gusto. La sorpresa viene de la mano del L´pirata, ha encargado que le traigan un enorme ramo a Templaria para conmemorar los dos años de casados, casi seguro que todas las chicas presentes se lo “comentan” a sus parejas, y por un momento no dudo que sea el tio mas odiado del local. Una sobremesa corta porque teníamos prevista una visita y alguna despedida apresurada de gente que ya no nos podía acompañar o en los que el madrugón, la ruta o el tiempo había hecho mella. Antes de salir de Vitoria paramos para llenar depósitos y ponerse algún pantalón de agua, el cielo se estaba poniendo muy negro y los que no lo hicimos nos ibamos a arrepentir pronto, aquí estaba la jugada que nos guardaba el cielo, nada mas salir a la autovia y sin ningún sitio donde refugiarnos el cielo se nos cae encima en cinco minutos, agua, granizo y viento, salimos a la carretera, casi sin visibilidad y nos refugiamos bajo una gasolinera, se suspende la visita que se había previsto, lo cambiamos por un bar, que socorridos que son estos lugares, allí ya nos separamos todos, los vascos para un lado, los cantabros para otro y los burgaleses acompañados de unos cuantos locos que se dirigen a Medina a una concentración justo en la direccion en la que el cielo esta mas negro. Los demás nos vamos para casa, Husdin y yo dejamos de nuevo las motos junto a la de Petrolero y nos vamos a la pensión, a poner a secar toda la ropa, la de fuera y la de dentro, guantes, pantalones, botas todo esta mojado. Una duchita y a cenar
Al rato acude Petrolero a buscarnos, L´pirata definitivamente se ha descolgado, nos dice que es porque Templaria se ha resentido en la ruta de la espalda, pero pensamos que es por el premio que ella le ha prometido durante la comida. Nos juntamos con Quentin que o anda algo tocado de la voz o nos ha tomado la delantera y nos vamos a cenar un montón de chuletitas a un asador en el que ya nos esperaba Abel, el pobrete anda con el estomago jod*d* y nos acompaña mirando y con una manzanilla en la mano. A la salida decimos, ande vamos, a lo que Petrolero responde –A la cuesta – lo que no sabiamos es que primero tendríamos que subirla, así para bajar la comida nos acercamos hasta la plaza del Machete previo paso por todas las rampas estropeadas que hay en uno de los Cantones, la alegría de ver que la primera funcionaba se torno en resoplidos en los tres siguientes tramos.

Ya en la cuesta nos acercamos primero a un garito en el que puedo dar fe, eramos los tipos mas mayores del local, incluyendo camareros y seguro que los dueños. Chumba, chumba moderno de esos que cantan a los locos o algo así sonaba por los altavoces, el motivo era hacerse una foto para descargar de una web previo pago de unos chupitos, viendo las demás fotos que hay en esa pagina, me siento todavía mas mayor. Una vez hecha la gracia, nos pasamos a otro garito. Aquí la cosa esta más equilibrada en cuanto a la edad de las feminas, por lo menos alguna pasa de los 25 y el trato ya no es delito, mientras Quentin y Petrolero solo estan a dieta, Husdin Abel y yo vamos a mirar si podemos catar el menu, en estas que Abel da una vuelta para ver el ganao y Husdin y yo estamos a la espera y Quentin nos advierte que las vitorianas son duras de pelar , bueno si por lo menos se dejan, noto que me dan con un bolso en la mano así que aprovecho para entablar conversación, entablar entablo pero tanto como llamarla conversación…ella se lo pierde.
Así que como veían estos chicos que estabamos por la labor y no nos amilanábamos decidieron llevarnos a otro frente de batalla, por la dureza del terreno y el cuerpo a cuerpo diría como menos que era una trinchera de la gran guerra, Juke box se llamaba el sitio. Antes nos habian dado una vuelta por la plaza de la Cruz Blanca y Quentin nos explico lo que se hacen en fiestas y que antes era mas bonita con jardines y bancos, en el google mapas aun puede verse así, ahora la han despejado y, cosas del cambio climático, la temperatura que alcanza ha hecho que las farolas se doblen, algo parecido con lo que había pasado con las rampas mecánicas, que también estaban dobladas.
De vuelta a la batalla, aseguro que a pesar del calor, si había algo doblado en nosotros, me refiero a los solteros, pronto iba a enderezarse. Al entrar en el Juke Box yo iba ya con algo de prisa por llegar a..a…..a hacer lago que nadie podia hacer por mi, cuando a mi paso salen dos tetas bajo un rostro asiatico enmarcado por una melena castaña, esquivo el ataque, cosa que Husdin no puede hacer, a mi porque me pillo con muuuuchas prisas, ojalá hubiese utilizado aquella farola pero no era cuestión de ofender a nuestros anfitriones, que si no me tiro al cuerpo a cuerpo y hundo la cara en aquel canalillo, no pude evitar posteriores ataques todo sea dicho. Una vez satisfechas las necesidades, volví junto a mis compañeros que se veían atrapados entre la barra y las tetas luchando por su vida, y al grito -pues si, otra cerveza- me uní a la lucha. Lamentablemente a Husdin le toco la moral comprobar que la morena no se había rendido a su encanto natural y su facilidad para el baile sino que era una mercenaria contratada para distraer la atención de los visitantes y levantar mas de una moral. Después me dedique a observar la fauna que nos rodeaba, hasta que cansados abandonamos el lugar. Nos despedimos definitivamente de Quentin y Abel y nos fuimos a la cama, no sin antes acordar que de levantarse a las ocho nanai, le dijimos a Petrolero que a las diez en su garaje, comprobé que todo se iba secando y me tire en la cama
Domingo, regreso
Las resacas no suelen ser buenas amigas de los madrugones, si las sumas a un montón de borregos dando voces, portazos y trasteando por los pasillos, se convierten en ansias homicidas. Tras hacer memoria no sabia si el sentirme ahogado entre unas tetas enormes era pesadilla o recuerdo. Me arrastre hasta la ducha con animo de que la medio resaca no soportase al agua pero era batalla perdida.
Desayunando con Husdin, acordamos volver por autovía hasta Pamplona y una vez allí viendo como se portaba el tiempo, cruzar hacia Sanguesa y por el Puerto de Santa barbara, bajar hacia Huesca y allí separarnos, esto nos hacia pasar por Yesa, los Mallos de Riglos, salir a Ayerbe y recorrer parte del Alto Aragón por carreteras que no tienen mucho trafico.
Cuando fuimos a buscar las motos Petrolero ya nos andaba esperando y mientras remoloneábamos la despedida apareció L´pirata para irse juntos a la concentración de Medina, El caso es que parecia que no nos apetecia irnos, pero a nosotros nos quedaba un rato y ellos habían quedado por allí, así que no había mucho mas que hacer.
La primera nos la dio en la cara el Tío Tom, aparato de alta tecnología que tan buenos momentos nos hace pasar y que tan estupendos parajes nos hace conocer, se encargo de sacarnos en dirección a Estella rompiendo el pacto que habiamos hecho Husdin y yo. En estas mientras nos mandaba por un camino asfaltado cuando hizo pasar a Husdin por encima de un perro pequeñajo, de esto me quedaron dos cosas; primera al Tío Tom no le gustan los perros, segunda un perro que aguante 240 kg de moto, mas maletas mas 90 kg de piloto….es mucho perro, Y mientras nos alejamos seguros de que el perro esta mentando a nuestros difuntos sin ser una mancha roja en el asfalto, estoy seguro que teniamos que tomar dirección este y no sur.
En un tramo muy corto llegamos al puerto de Azatzeta, o Azatzeta GP como seguro que le llaman mucho por aquí y sorpresa, hay SPM homologados y correctamente instalados en cada una de las curvas de subida, en las de bajada no se encuentran seguramente por que en ese lado no se cae nadie. Es muy comodo seguir al Tío Tom, dejandose llevar por carreteras que casi seguro no hubiera tomado si no es por él. Llegados a Estella salimos en dirección a Tafalla, vamos que ya ta fallao lo que queríamos hacer, porque sospechaba que después no nos iba a llevar hacia Sanguesa vía San Martín, y hubiera molao, por que nos hubiera hecho pasar por Sada y hubiesemos sido los primeros en llegar, ¿qué no me creéis? Seguro que ya estáis mirando el mapa para no quedaos con la duda.; no señor de allí enfilamos al sur, ya que no habíamos disfrutado del Prepirineo, no es una guarrada lo otro es el perineo, cappichi, decidi adelantar a mi guía para enfilarle en dirección a Oliete, echar un café y que se admirara de el claustro de la iglesia de Sta Maria, el castillo de cuento de hadas y cuanto aconteciera en la visita.
Por Murillo el Fruto y Carcastillo entramos en Aragón, directos a Sadaba. Aquí ya me puse a la cabeza, para mí es mi casa y no necesito de aparatejos electrónicos, además son casi todo rectas. Al llegar a Ejea un cartel indica Zaragoza 86 km, no me apetece dejar a Husdin por aquí, poco mas adelante tenia treinta km de una carretera con un firme penoso, sin trafico y sin cobertura de teléfono, vamos que si rompe no se entera nadie, además salía a Ayerbe, en algo tenia que coincidir el Tío Tom conmigo.
Vamos a ponernos serios, esta vez el Tío Tom no se ha portado tan mal, le dijimos por el camino más corto y es lo que ha hecho y tampoco han sido tan malas carreteras, de todas maneras sigo pensando que estos cacharros mas que para encontrarse, son para perderse.
A Ayerbe llegamos con algo mas de cuatro gotas encima, nos comenzó a llover un poco antes pero la comida sirvió para que despejara, de momento teníamos suerte con el tiempo. Poco mas decidimos en esta comida que en escribir estas crónicas, ni nada mas hacia falta hablar pues ya estabamos a final de nuestro paseo juntos, lo que no hubiéramos dicho podría esperar para la próxima ocasión. En la llegada a Huesca ni nos paramos, no hay hueco donde hacerlo, nos decimos adiós en marcha, chocamos nuestras manos y tomamos cada uno una dirección opuesta en la autovía. Delante de mi, el cielo es azul, brilla el sol y la carretera esta casi seca, me meto por la nacional para apurar los ultimos kilometros. Pensaba que ya no me iba a mojar, pero eso, eso nunca es seguro