Con todo mi cariño, dedicada a las “miembras”* del Foro.
* (lo de “miembras” se lo he copiado a la Ministra de Igualdad, esa tal Aído, toda una fenómena).
Todo comienza un lluvioso viernes por la tarde. En Santiago se reunen Conchi, Gloria y Loli. Como las previsiones meteorólogicas no apuntaban nada bueno, y después de que Petruski decidiese ir en moto, la Petruska se apunta al coche de Loli.
Ahí comienza la Aventura.
La situación es la siguiente: 4 “marujis”


Para comenzar, batieron un Record que será difícil de superar por las generaciones venideras. Vilagarcía de Arousa-Caldas de Reis (10 kms) en 35 minutos. Petruski empieza a desesperarse

La copiloto, en la interlocución telefónica indica que se han perdido en el Centro de Caldas, lo cual es ciertamente complicado pues sólo hay una carretera, hacia un lado vas para Santiago y hacia el otro para Pontevedra

Ahora Loli, lo achaca a la “deficiente señalización”.
Puesto en contacto el que suscribe con la Policía Local de Caldas, ésta asegura que después de una exhaustiva inspección ocular, el cartel que pone “Pontevedra” continúa en el lugar en que siempre estuvo, y resulta perfectamente visible para los conductores procedentes de la carretera de Vilagarcía. Me preguntaron si necesitaba informe por escrito a lo que contesté que, por ahora no.
Después de circular unos Kms en la dirección contraria, hacia Santiago, la mentada “intuición femenina” aflora con acierto en alguna de ellas, no sabemos todavía en cual, advirtiendo el error cometido. El problema ahora es qué hacer para deshacer lo andado.
Petruski requiere explicaciones de las chicas pero su mono-neurona cerebral no acierta a entender las complicadas indicaciones dadas por éstas, y no consigue saber dónde se encuentran, pero recibe un ultimatum: “tranquilo que ya estamos llegando”; y llegaron, 10 minutos después

Al llegar, Petruski enfurecido

Nos ponemos en marcha, GPSMAN, como me ha bautizado Fernando, asume la dirección del grupo y se pone al frente, nuestro destino: Braga, nuestro objetivo: llegar todos juntos. (perdón, todos y todas, como se dice ahora).
En la Autopista, paramos a pagar el peaje y.... perdemos a las chicas; éstas, diligentes, independientes, sobradas y a buen seguro cotilleando sin parar (a todos nos pitaban los oidos y no era de los Midland pues los revisamos y funcionaban bien) decidieron tirar millas “palante” y olvidarse de nosotros. NO sabíamos si iban delante o detrás.
Paramos a repostar en Tui, antes de cruzar la frontera hispano-lusa y llamamos a las señoritas, las cuales manifiestan que se encuentran ya en Portugal y que nos esperarán en un área de servicio ya cerca de Braga. Allí las encontramos.
Nuevamente sus sonrisas nos alegran el encuentro.
Ya en el Hotel, nos encontramos con los demás. Esto ocurrió a la ida.
A la vuelta:
El último día, ya sin algunos de nuestos miembros y miembras, nos sentamos a la mesa y sin pensarlo Petruski acaba sentado al fondo de una larga mesa rodeado por Petruska, Rosa, Loli, Conchi, Gloria, Nana y a considerable distancia del “macho” más cercano, David.
Ellas, dotadas por la naturaleza de un intelecto único, centran el tema de conversación en el camarero que nos atendía, en el cual, Petruski, machote donde los haya, ni siquiera había reparado. Alguien señaló que era “gay” pero a ellas eso no les importa. Alguna llegó a decir que los hombres que valían la pena eran todos “Gays”. El rudo Petruski

El camarero le decía a nuestras chicas: “me da placer que les guste la comida que les traigo” “cualquier cosa que necesiten no duden en pedirlo”, todo ello con un cálido acento portugués pero en un más que aceptable castellano.
Los ojos de nuestras artilleras mostraban un brillo inusual y sus sonrisas invadían el ambiente, enchidas de rebosante felicidad, todas “embobadas” y decían que querían llevárselo a casa. NO recuerdo esa cara en mi Petruska desde que estábamos solteros.

Mirad las caras con la que salían del restaurante, Petruska radiante de felicidad y Gloria, impresionada:


En cambio, nuestro soltero de oro, Javier, salía con esta cara de frustación después de que las chicas centrasen toda su atención en el camarero:

Petruski, indignado, no daba crédito, y mira que el cabr.... era feo de coj...


Petruski decía a David, “tu ves” nos lleva años conquistarlas, somos sumisos, les decimos a todo “sí cariño, lo que tu digas”, cuando nos acordamos les hacemos un regalito, hacemos la cama, recogemos las zapatillas y procuramos bajar la tapa del WC etc. etc... y después de todo eso cuántas veces oimos, hoy no cariño, que me duele la cabeza, y recuerda que tienes que bajar la basura, ir a por el taladro para colgarme 6 cuadros, subir 8 paks de agua y 9 de leche que hay en el maletero del coche, y después, ordenar el trastero.
Después viene ese portugués, le pone la comida en la mesa (le pagan por eso) le dice 4 cosas bonitas y se lo quieren llevar para casa.
Petruski se fue ciertamente herido en su integridad. Y se marchó para España y aquí se acabó todo. Las chicas despertaron de sus sueños y al llegar a casa su príncipe azul “ficaba” en Guimaraes y se encontraron con la dura realidad, con nosotros jeje, jeje, a los moteros del Comando G, especie única donde las haya.
A Conchi, a Rosa, a Loli, a Patricia, a Mar, a Magda, a Yoli, a Gloria, con todo mi cariño, muchos besos para todas, y para todas las demás, sufridas artilleras que hacen posible que disfrutemos de nuestra afición por la moto, y pasemos fines de semana inolvidades.



Por cierto, habeis acertado ya la adivinanza de Mes, de extrema dificultad, apta sólo para mujeres: “cigüe.. cigüe.... y anida en los campanarios”
